Búsqueda aérea de los edificios ocultos bajo el suelo del castro de Arxeriz

Francisco Albo
francisco albo MONFORTE / LA VOZ

QUIROGA

FUNDACIÓN XOSÉ SOTO DE FIÓN

Los arqueólogos usan un dron equipado con una cámara infrarroja para localizar estructuras enterradas

19 may 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

En el castro de Arxeriz, en O Saviñao, se experimenta con un método de prospección arqueológica que hasta ahora no se había utilizado en el sur lucense. La Fundación Xosé Soto de Fión, propietaria de los terrenos en los que se encuentra el antiguo asentamiento, realiza observaciones con un dron equipado con una cámara fotográfica térmica -o infrarroja- a fin de rastrear la posible presencia de restos de construcciones enterrados en el subsuelo. De esta forma se espera localizar los lugares más adecuados para realizar futuras excavaciones.

Según explica José Antonio Quiroga, director del ecomuseo, la técnica se basa en los contrastes de color que registran las cámaras de este tipo debido a la diferencia de la radiación térmica emitida por la tierra, las rocas y la vegetación. Si se dan las condiciones idóneas, estas fotografías permiten distinguir las estructuras constructivas ocultas en el subsuelo.

Este método se considera más adecuado para el castro de Arxeriz que los sondeos con georradar, una técnica que fue empleada recientemente en el asentamiento de San Lourenzo de Cereixa -en A Pobra do Brollón-, donde se detectaron numerosos restos de construcciones y acumulaciones de escorias de hierro en el subsuelo, lo que indica a los arqueólogos cuáles son los lugares más apropiados para excavar. Quiroga apunta que el georradar no daría buenos resultados en Arxeriz debido a la naturaleza rocosa del suelo. El castro, añade, se asienta sobre un espolón rocoso formado sobre todo por masas de esquisto y en muchos lugares la roca madre está prácticamente a flor de tierra. «O xeorradar funciona ben en zonas onde a camada de terra ten unha profundidade importante, como sucede no castro de San Lourenzo, pero en sitios como Arxeriz non permite obter imaxes nítidas do subsolo», explica.

Primeros resultados

Las primeras pruebas con esta técnica se han llevado a cabo en la croa o recinto central del castro, donde las excavaciones realizadas en los últimos años pusieron al descubierto los restos de diversas construcciones de la época castreña. Los responsables del museo recibieron ayer una valoración inicial de los resultados, que por ahora son poco concluyentes.

Según explica Quiroga, los técnicos que se encargan de interpretar las imágenes infrarrojas dicen que en algunos lugares donde el suelo es más profundo se han detectado indicios de la posible presencia de construcciones enterradas. Pero esto no se podrá confirmar hasta que se realicen excavaciones en esos puntos concretos. Quiroga apunta asimismo que más adelante se llevarán a cabo nuevas observaciones para ver si con otras condiciones meteorológicas y térmicas es posible obtener datos más precisos.

Las diferencias de radiación térmica entre la tierra y las rocas permiten ver restos constructivos

Abaratamiento de un método que permite ahorrar dinero y tiempo en las excavaciones

Los responsables del Ecomuseo de Arxeriz señalan que el uso de los drones ha supuesto un considerable abaratamiento de la técnica de la fotografía térmica que la hace especialmente interesante para las prospecciones arqueológicas. «Antes estas imaxes só se podían obter cun helicóptero, o que supuña un gasto mínimo de arredor de 3.000 euros para unha soa sesión de observación -indica José Antonio Quiroga-, mentres que agora esta técnica resulta moito máis accesible».

La posibilidad de recurrir a estos métodos supone un importante ahorro de fondos y de tiempo de trabajo a la hora de planificar y de llevar a cabo las excavaciones, dice por otro lado el director del museo. Saber de antemano en qué lugares hay vestigios de edificaciones facilita la labor de los arqueólogos, que de otra manera no tienen más remedio que hacer sondeos sobre el terreno para saber en qué sitios puede haber elementos de interés. En el curso de las excavaciones del castro de Arxeriz -iniciadas en el 2013- ya se llevaron a cabo algunos sondeos que resultaron infructuosos.

Superficie extensa

Dado que el castro de Arxeriz ocupa una superficie considerable, los promotores de este proyecto arqueológico privado pretenden evitar que haya más sondeos fallidos y tener la mayor seguridad posible de que las excavaciones que se realicen de ahora en adelante den buenos resultados, para lo que esperan que los drones presten una importante ayuda.