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Foltra se reafirma como el centro médico-sanitario más innovador de Galicia

A la izquierda, A.R.S dos meses después de haber llegado a Compostela. A la derecha, tres años después
A la izquierda, A.R.S dos meses después de haber llegado a Compostela. A la derecha, tres años después

Su labor pionera en la investigación y el tratamiento de lesiones neurológicas graves lo convierte en un referente a nivel internacional

10 may 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La historia de A.R.S., es la de un adolescente que tuvo la mala fortuna de sufrir un accidente aéreo con tan solo 17 años, cuando realizaba un vuelo recreativo en Santa Cruz, Bolivia, en el 2010. La avioneta en la que él iba cayó en picado aproximadamente desde cien metros de altura. Como consecuencia del impacto sufrió un politraumatismo grave y lesión axonal difusa que se tradujo en un importantísimo edema cerebral y coma Glasgow 3.

A partir de ese momento todo fueron malas noticias y un peor pronóstico. A consecuencia del edema cerebral, perdió prácticamente todo el hemisferio derecho y un tercio del izquierdo, lo que se traducía en una dependencia de por vida, en el caso de que sobreviviese: no volvería a comer por boca, no hablaría, no razonaría y no caminaría. Esa fue también la expectativa que a la familia le proporcionó un neurocirujano de la Clínica Mayo (EE.UU.) llamado expresamente por la familia a Bolivia.

La familia de A.R.S. no perdió la esperanza y aconsejados por los médicos de la UCI decidieron trasladarlo a su domicilio y así evitar las infecciones respiratorias que no hacían más que empeorar su estado de salud general.

Seis meses después de estar en su casa tuvo un «despertar» casi milagroso, «fue un día que hicimos un chiste y él, que estaba presente, se rió. Así nos dimos cuenta de que parecía estar saliendo del coma», recuerda un miembro de la familia.

Para entonces ya habían contactado con un centro en España que había adquirido gran reputación por novedosos tratamientos en personas con lesiones cerebrales. Fue así como en octubre del 2011, después de poco más de un año del trágico incidente, A.R.S. llega a Foltra, en Santiago de Compostela.

Un nuevo comienzo

¿Cuál es el pronóstico para un paciente con un daño de este tipo?

«Muy complicado, pero intentamos estimular la plasticidad cerebral de forma que se pueda compensar al máximo posible la gran ausencia de tejido cerebral», afirma el doctor Jesús Devesa, director médico del Centro Sanitario Foltra.

El objetivo siempre fue recuperar lo máximo posible, ir cumpliendo metas como volver a tragar líquidos sin atragantarse, comer por vía oral y así retirar la PEG, mejorar las funciones cognitivas y motoras e intentar que pudiese volver a caminar. Una vez que se produjo la recuperación cognitiva y se pudo retirar la PEG, hubo que realizar una cirugía de transposición de tendones para corregir el pie equino-varo. A partir de ahí, ya se pudo trabajar para volver a caminar.

Evolución del trabajo de marcha
Evolución del trabajo de marcha

Muchas horas diarias de intensa rehabilitación, integrando conocimientos médicos y un equipo interdisciplinar, con especialistas en logopedia, fisioterapia, neuropsicología, estimulación auditiva, hidroterapia, estimulación visual y terapia ocupacional han resultado en una recuperación espectacular. A día de hoy A.R.S. es capaz de hacer una vida casi independiente, tiene planes para su futuro, ha podido retomar sus estudios, hacer vida social, viajar y todavía hay camino para seguir avanzando en su recuperación.

No nos quisimos quedar con «no hay nada por hacer en estos casos» relata la madre del joven y gracias al maravilloso trabajo de los profesionales del centro Foltra, y sobre todo la dedicación del doctor Jesús Devesa, A.R.S. ha recuperado su vida y la posibilidad de poder disfrutarla.

Es cierto que a lo largo de estos años se pasa por muchos altibajos, pero tanto A.R.S. como su familia reconocen que nunca han tirado la toalla. «La actitud y el apoyo del entorno humano, son fundamentales en un proceso de recuperación», reconocen.

¿Dónde estuvo la clave? En la aparición de neuronas y conexiones sinápticas capaces de sustituir las funciones de las neuronas perdidas por el gran daño sufrido.