El fiscal pide 7 años de cárcel para tres ladrones de iglesias

Xosé Carreira LUGO / LA VOZ

LUGO

Una feligresa muestra el sitio de un santo robado en Lousada.
Una feligresa muestra el sitio de un santo robado en Lousada. Prader0< / span>

Están acusados de llevarse dos tallas, un cáliz y un crucifijo

18 abr 2014 . Actualizado a las 16:58 h.

La fiscalía está dispuesta a aplicar con máximo rigor el Código Penal para tratar de poner freno al saqueo del patrimonio eclesiástico en la provincia de Lugo, una de las más afectadas de España por este tipo de delitos. Para tres presuntos ladrones de iglesias solicita la imposición de hasta siete años de prisión. Pese a ello, solo uno de los implicados corre el riesgo de ingresar en la cárcel porque la pena planteada es de tres años por ser multirreincidente. Los acusados serán juzgados próximamente en la capital lucense.

Los tres imputados residen en O Carqueixo, pero el hecho lo cometieron, según la acusación pública, en O Valadouro. Todos están relacionados con actividades dedicadas a la apropiación indebida.

De acuerdo con el atestado de la Guardia Civil, que fue la que se ocupó del caso, los tres entraron en la casa rectoral de la parroquia de Santa Cruz, en Ferreira do Valadouro. El inmueble se encuentra deshabitado desde hace varios años, por lo que tuvieron mucho más fácil el acceso. Según el fiscal, les bastó con romper una de las puertas de acceso a la casa para colarse en el interior y recorrer sus numerosas dependencias.

Del interior supuestamente se apoderaron de dos tallas eclesiásticas de madera, dos platos de porcelana, un cáliz, una cadena, un crucifijo, una medalla y veinte cubiertos. El Obispado de Mondoñedo reclama los objetos que fueron recuperados. También quiere que sean abonados los daños en la puerta.

Después de llevar a cabo esta acción, los acusados supuestamente fueron a la iglesia de Frexulfe, también en O Valadouro, con la finalidad de asaltarla. De hecho, golpearon con un objeto contundente la puerta para poder romperla, pero no lo consiguieron. No lograron el objetivo marcado porque una vecina se percató de lo que ocurría y avisó a la Guardia Civil.

El fiscal califica los hechos como un delito continuado de robo con fuerza. Existen sospechas de que los imputados pudieran dedicarse en el año 2009, que fue cuando ocurrieron los hechos, al robo de objetos de iglesias que supuestamente vendían luego a bajo precio en mercadillos. Las piezas acabarían en manos de anticuarios de algunas ciudades españolas.

A uno de los detenidos le constan por lo menos cinco condenas por diversos hechos, según el recuento efectuado por el fiscal. Los otros dos también tienen antecedentes por delitos de robo con fuerza, hurto y conducción sin disponer del correspondiente permiso.