El rastro de las llamadas telefónicas volvió a ser clave para descubrir algunos movimientos

La Voz

LUGO CIUDAD

30 sep 2014 . Actualizado a las 09:56 h.

De nuevo, el rastro dejado por el móvil fue clave para obtener pistas sobre el doble crimen de Xermade. El Pibe dijo a los guardias que no había salido de casa esa noche y resulta que las referencias de los repetidores lo situaban en Lugo de madrugada. Era cuando estaba en el burdel tras la matanza.

«La llamada más próxima al momento de los hechos, fue de las dos de la mañana a Brais. Después desde las dos y media hasta las seis ya no hizo más», contó el agente que dirigió la investigación. Explicó que Brais Lozano también les había mentido porque en un primer momento les dijo que estuviera en casa con resaca, que luego lo llamó el Pibe porque quería coca y después de salir a estar con él volvió a su casa. Pero entonces llegaron los análisis de la colilla y no le quedó más remedio que hablar. En la entrada y registro de su casa ya dijo que había participado en los hechos acompañando a Calaza. «Luego se cambió la ropa porque aquello fue una sangría», recordó el agente en su declaración. «Él intentó bajar en todo momento el grado de participación e incluso dijo que había tratado de evitar el golpe a Domitila», recordó el agente