Los doce integrantes de una familia lucense que ganaron la batalla judicial a una agencia de viajes y a una compañía aérea que los dejó tirados durante casi dos días, fueron a Punta Cana a celebrar las bodas de oro. De los siete días que habían contratado únicamente pudieron disfrutar seis porque el avió se estropeó y salió de Barajas con más de 24 horas de retraso. Una jueza ordenó que Halcón Viajes y Wamos Air paguen 12.000 euros de indemnización a los afectados.
La sentencia de la jueza lucense Ángela Galván, puede que abra los ojos a muchos que se ven afectados por situaciones similares. Atención: «la agencia en cuanto se beneficia de la contratación del viaje debe gozar de un régimen de responsabilidad equiparado a la empresa organizadora; el que contrata un viaje tiene derecho a que respondan del fracaso organizativo todos aquellos que se benefician del precio pagado que son, tanto el minorista que recibe el encargo, como el mayorista que oferta el programa o aquel que finalmente proporciona el alojamiento».
El abogado lucense José Antonio Rojo Fernández, que se ocupó del caso, recuerda que la jueza también considera que la agencia detallista que concluye un contrato directamente con el viajero, también tiene responsabilidad por ser un producto que está vendiendo.
«No pueden ser un escudo»
El letrado dijo, además, que la jueza establece que el mercado turístico es de enorme complejidad, «pero no puede operar como escudo frente a reclamaciones de consumidores que, de otra suerte, se pueden ver abocados a demandar a entidades extranjeras o residentes en localidades muy lejanas a su domicilio habitual». Rojo Fernández asegura que las empresas demandadas deberían haber actuado diligentemente para no obligar a los consumidores a tener que recurrir a la demanda judicial.