Los pacientes de Calde «lloran» la tala masiva del bosque autóctono

Suso Varela Pérez
suso varela LUGO / LA VOZ

LUGO

El Sergas explica la corta a la necesidad de mejorar la seguridad y anuncia la repoblación de la parcela

23 jun 2017 . Actualizado a las 12:31 h.

La reciente tala masiva de árboles autóctonos, como castaños y robles, en las fincas adyacentes al Hospital de Calde no ha pasado desapercibido ni para los usuarios del centro (en la actualidad algo más de 70) ni para sus familiares ni para el personal que trabaja a diario codo con codo con los pacientes. «Os internos están chorando pola falta das árbores, e máis nestes días de moita calor», señala una trabajadora del centro. Y es que los usuarios del hospital solían pasear junto a las sombras y ahora se encuentran con un paisaje casi desértico.

Desde que se trasladaron los pacientes del centro de San Rafael al Hospital de Calde, el Sergas fue talando diversos árboles por motivos de seguridad. En concreto, los enormes pinos y abetos, con más de 50 años de antigüedad, frente al edificio fueron cortados. Las borrascas de los últimos inviernos causaron daños a numerosos árboles que rodean al recinto sanitario. El pasado febrero llegaron a caer varios árboles e incluso se levantó el invernadero en el que trabajaban como terapia los pacientes de Calde.

Si ya hace tres años la dirección del Sergas valoraba la tala del bosque que rodeaba al hospital, las consecuencias del vendaval de este invierno obligó, según fuentes de la Consellería de Sanidade, a tener que hacer la tala masiva por motivos de seguridad.

Pero entre los familiares y trabajadores del hospital surgen dudas sobre esta acción. Por un lado se preguntan cuál es el beneficio económico de la tala de carballos y castaños y si repercutirá el dinero ganado en un edificio que califican de abandonado. Y por otro lado, ponen en duda que hubiese que hacer una tala tan amplia, hasta el punto de dejar todo el solar de la parte de atrás del hospital absolutamente pelado.

Desde el Sergas señalan que además de la seguridad -en el vendaval de febrero el hospital llegó a quedarse sin luz debido a que la caída de los árboles afectó al tendido eléctrico- se tomarán medidas en el futuro con una repoblación.

Pero mientras tardan años en crecer los nuevos árboles, los pacientes salen estos días menos de lo habitual del centro debido a las intensas temperaturas y a la ausencia de sombras. De lo que no se sabe es de los planes del Sergas para adecentar todo el entorno, porque si los árboles podían causar problemas de seguridad a los vehículos que atraviesan las pistas o dejar de nuevo sin luz al hospital, las hierbas y ramas secas invaden toda la parcela sin que nadie cuide el terreno. El peligro de un incendio es evidente.

Críticas de CSIF por el estado de abandono del edificio y del entorno

 

El estado de abandono del edificio y de todo el entorno es evidente. Desde el sindicato CSIF señalan que el Sergas tiene el hospital abandonado, con un aspecto del edificio «que da pena» y con falta de mantenimiento en las parcelas. «Me pregunto por qué el Sergas trasladó el jardinero que había en Calde al HULA, cuando las pocas zonas verdes del nuevo hospital tienen que ser arregladas por la adjudicataria del párking, como se especifica en el contrato», señala María Gorgoso, del CSIF-Sanidad.

 Las fuentes, destrozadas

Las zonas verdes del Hospital de Calde están sin cuidar, tapando las hierbas el mobiliario del recinto exterior. También las diversas fuentes que supuestamente deberían embellecer todo el entorno están abandonadas, con roturas, destrozos, sin limpiar y sin agua, o si la tienen, enlodada y con ramas.