Pedrafita asumirá el tráfico de la A-6 tras el derrumbe del puente de O Castro

andré S. zapata / suso varela LUGO / LA VOZ

LUGO

El vano del viaducto llevaba meses en obras.
El vano del viaducto llevaba meses en obras. ALBERTO LÓPEZ

Los coches se desviarán por la N-VI tanto para entrar como para salir de Galicia. La circulación cesó de madrugada para poder analizar los daños estructurales del otro viaducto

08 jun 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

El desplome del puente de O Castro, en el municipio leonés de Vega de Valcarce, tendrá unas importantes consecuencias para el tráfico de entrada y salida de Galicia. El desvío de los vehículos, que comenzó esta pasada madrugada, hará que solamente quede una opción para pasar de Lugo a León: ir por Pedrafita do Cebreiro. La villa lucense asumirá todo el tráfico que perderá la A-6. Todavía no se sabe cuánto durará el corte del tráfico, pero los técnicos deberán analizar el estado del puente que quedó aparentemente ileso tras el derrumbe de la estructura que se ubicaba junto a él en la mañana de ayer.

Unos 50 metros del viaducto se vinieron abajo, pero no llegaron a golpear al puente contiguo. Aun así, el tráfico será desviado por la N-VI para estudiar si existen daños estructurales en el viaducto que soporta los carriles que van en sentido Madrid. Este desvío cambiará por completo la actividad diaria del centro de Pedrafita do Cebreiro. A partir de hoy, todo el tráfico que entre y salga de Galicia por León tendrá que pasar por la localidad ancaresa.

El alcalde: «A Pedrafita hai que coidala»

Para su alcalde, José Luis Raposo, este cambio será beneficioso para el Concello, pero también acarrea una gran responsabilidad. «Vainos ir ben en canto a que moita máis xente vai parar aquí. Iso beneficia aos negocios e ao propio municipio, que adquire relevancia, pero tamén fará que o tráfico sexa moito máis numeroso. Isto vai provocar máis ruídos de vehículos de madrugada e máis desgaste na estrada, dúas cousas das que recibimos moitas queixas nos últimos meses», comentó Raposo.

Él lo tiene claro: «Se necesitan que asumamos o desvío do tráfico, nós farémolo encantados. Agora ben, a Pedrafita hai que coidala. As institucións teñen que apoiarnos nisto». El alcalde también cree que el desvío del tráfico de la A-6 en sentido A Coruña, hace casi un año, ya afectó al municipio. «Os veciños que viven ao pé da estrada din que o paso de vehículos pesados de madrugada non lles deixa durmir. O ruído provocado polo propio tránsito e polas fochancas que hai na N-VI é unha materia que debe ser reparada», termina.

El tramo de autovía más caro de la red española: 1.900 millones de pesetas por kilómetro

Los viaductos de O Castro forman parte del tramo Noceda-Castro Lamas, 8 kilómetros que costaron 15.200 millones de pesetas, a 1.900 millones por kilómetro. Fue inaugurado el 31 de julio del 2001 por el entonces ministro de Fomento, Francisco Álvarez Cascos, y por el presidente de la Xunta, Manuel Fraga. Este trazado fue en su momento el más caro de toda la red viaria española, un reto para los ingenieros y se puso como ejemplo más sobresaliente de la construcción de infraestructuras en España.

Y no era para menos, ya que de los 8 kilómetros, en apenas tres mil metros se juntan los dos grandes hitos de la A-6 en el noroeste: los túneles de Pedrafita, los más largo del trazado, de 865 metros, y que en breve serán adaptados para la normativa de seguridad europea, y los viaductos de O Castro.

El puente sentido Madrid, que hasta este martes aún estaba abierto al tráfico, es de 315 metros, pero en dirección A Coruña, el que sufrió el derrumbe, es de 585 metros, el más largo de toda la autovía en el noroeste. Los diez vanos de este viaducto (cayó uno entero) son de 45 metros, con un tablero de 13,20 metros de ancho, dovelas prefabricadas y cuyo montaje vano a vano se hizo con cimbra autolanzable.

Problemas en la construcción

Por la orografía y las dificultades técnicas la construcción de las subidas a Pedrafita, tanto la vertiente lucense como berciana, hubo numerosos problemas de ejecución. Además, las prisas a nivel político, empresarial y de opinión pública obligaron al Gobierno a acelerar el ritmo de las obras para poder saldar la deuda histórica que había con Galicia y su conexión por carretera.

Por ejemplo, si los viaductos de O Castro y los túneles de Pedrafita se abrieron al tráfico el 31 de julio del 2001, un año antes aún estaban con una ejecución de obras muy precaria, lo que demuestra que en doce meses se aceleraron muchos procesos.

Además, hay que recordar que no sería hasta el 2002 cuando se terminó toda la A-6 debido a los desplomes en la montaña de La Escrita, en Trabadelo, donde no paraban de aparecer grietas. La solución de entonces se pudo comprobar que no fue suficiente, porque en febrero del 2009 se vino abajo, obligando a cortar la autovía un año.

Unos viaductos muy dañados por las filtraciones de agua y el uso de fundentes

El Ministerio de Transportes lleva varios años reparando viaductos y tramos de la A-6 entre Vega de Valcarce y As Nogais. Algunos trabajos fueron complejos, como el de los pasos de Ruitelán (que se aprovechó de la N-6) y el de Lamas, pero sin duda las obras en los viaductos de O Castro estaban suponiendo todo un reto para los ingenieros por el mal estado estructural de los dos puentes (los más largos de toda la A-6 en el noroeste, con 585 metros de longitud), por la altitud y por la orografía del terreno.

Las obras de reparación, que comenzaron en julio del 2021, entrañaron desde el principio una gran complejidad dado que requirieron disponer de nuevos cables de pretensado en trabajos que se realizaron en el interior de los viaductos, así como la reparación de cables de pretensado afectados por las sales fundentes al encontrarse ambas infraestructuras en un tramo de la A-6 de cota superior a los 1.000 metros de altitud.

En los primeros meses de las obras de consolidación de los viaductos, los técnicos —que aconsejaron actuar con rapidez para evitar más daños estructurales— analizaron cuál sería la manera más óptima de poder afrontar los problemas que hallaron. Los dos puentes de O Castro, que salvan el río y la vaguada del Lamas, son de tipología prefabricada con pretensado exterior y presentaban una serie de patologías en el sistema del pretensado del interior del cajón que aconsejaron su arreglo urgente.

Hielo y nieve

Las filtraciones de agua (en una de las zonas con mayor volumen de precipitaciones del noroeste), el uso de fundentes para combatir el hielo y la nieve, y las alteraciones en los terrenos por culpa de escorrentías donde se asientan las pilas, causaron daños relevantes. Mientras los técnicos analizaron las estructuras e inspeccionaron el terreno para optar por la mejor solución, el Ministerio de Transportes puso en marcha una serie de medidas preventivas y de refuerzo iniciales, pero como se pudo comprobar este martes, algo falló y se vino abajo el tablero de un vano completo.

Hace pocas semanas abrieron el paso en sentido Madrid para transportes especiales

Nada hacía suponer que iba a ocurrir el derrumbe producido ayer, y más cuando los trabajos en los viaductos llevaban varios meses en ejecución. Aún faltaban más meses para terminar las obras pero una buena señal de que todo funcionaba aparentemente bien la dio el ministerio cuando hace unas semanas permitió, en determinados momentos del día, el paso de los transportes especiales con torres eólicas por el viaducto en sentido Madrid (el que estaba habilitado, no el que se derrumbó ayer). El propio ministerio dijo en una nota: «La finalización de los trabajos de la primera fase en la calzada sentido Madrid, una vez realizadas las actividades de refuerzo y comprobaciones necesarias, hace viable que a partir del 18 de mayo se puedan habilitar ventanas horarias para el paso por la misma de vehículos de transportes especiales».