Los escolares llenaron una cestilla con propuestas de nombres para los dos nuevos árboles del centro
25 mar 2017 . Actualizado a las 05:00 h.Un mensajero llegó a la conserjería del colegio de A Ponte y entregó dos sobres de plástico con un contenido especial: un par de «ameneiros» (en castellano alisos). No es frecuente que los «seúres» anden con árboles debajo del brazo. Los dos ejemplares viajeros de esta especie de origen prerromano, que adora las riberas de los ríos lucenses, pero que tiene un enemigo letal que se llama Phytophthora Alnis, eran para plantar en el centro educativo. Y de esa plantación, que los escolares vivieron con gran expectación, se ocuparon el presidente de la Diputación, Darío Campos y del diputado Argelio Fernández, que es el alcalde de A Fonsagrada.
Los «ameneiros» tuvieron una gran acogida en el centro. Los escolares quisieron bautizarlos y, para elegir el nombre, llenaron una pequeña cestilla de mimbre con propuestas. Manos inocentes escogieron dos papeletas con los dos nombres: Miño y Cogui.
Los dos jóvenes árboles recibieron toda una declaración de intenciones por parte de los escolares que se comprometieron solemnemente a su cuidado. No les faltará agua y todo lo que necesiten, cualquier tipo de mimo. Por cierto que los pequeños están preocupados por los posibles estragos que puedan causar los balonazos. Se comprometieron a ser cuidadosos aunque al máximo, aunque la garantía máxima, dijeron, solo la pueden ofrecer durante las vacaciones escolares.
«Non morreredes de sede! E se fai falla, faremos quendas para virvos regar!», dijo uno de los estudiantes. Otro les advirtió: «Aproveitade o verán para descansar do barullo dos recreos e dos pelotazos».
Más de cien ejemplares
Los dos arbolitos que ya crecen en A Ponte, con el Miño y el Garañón de fondo, forman parte de un grupo de 103 ejemplares que adquirió la Diputación Provincial para repartir entre los centros educativos que decidieron unirse a esta iniciativa de plantación con motivo del Día da Árbore.
El Colegio Público de A Ponte tiene una buena representación arbórea. Casi en el centro de uno de los patios está un castaño que ayer recibió los abrazos de decenas de niños. Es un ejemplar de buen porte que puede rozar los setenta años. A mayores, entre otros ejemplares, hay un un cerezo grande que está a punto de comenzar con el espectáculo de la floración.