La fiscalía pide tres años de cárcel para un hombre de Baralla que disparó a un vecino

ENRIQUE G.SOUTO LUGO / LA VOZ

BARALLA

El acusado declaró que la pistola apareció varios años antes al derribar una palleira

02 jun 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La fiscalía pedía ocho años de prisión para el hombre juzgado ayer en la Audiencia por disparar contra un vecino en enero de 2013 en Piñeira-Baralla, pero tras escuchar los distintos testimonios modificó sus conclusiones y solicitó una condena total de tres años. En el banquillo se sentaron además un hombre y una mujer como presuntos encubridores según la acusación particular, pero la fiscalía no vio motivo para actuar contra ellos.

El acusado, E.F.V., sin antecedentes penales, señaló que en la noche del 19 de enero vio un coche que hacia maniobras extrañas junto a la casa en la que estaba, a veces con las luces encendidas y a veces con ellas apagadas. Aseguró que se asustó: «Collín medo», dijo, y entonces echó mano de la pistola y salió. En la «parte de arriba» (la carretera está en pendiente), vio salir a alguien de detrás de unos matorrales y le pareció que llevaba algo en la mano. Intentó disparar al aire, afirmó, para asustarlo. Cuando le preguntaron de dónde sacó el arma, para la que carece de licencia, aseguró que apareció hace cuatro o cinco años al derribar una palleira. Reconoció que carece de permiso para tenencia de la pistola y afirmó que no sabía si estaba cargada o no. Dijo que está arrepentido y que para abonar los 14.500 euros que ya abonó tuvo que ahorrar y pedir prestado a su madre.

La versión del herido

Por su parte, la víctima, un ganadero que tiene las instalaciones de su industria en las inmediaciones de la casa en la que estaba el presunto agresor, explicó que en los días anteriores se habían producido actos vandálicos en sus propiedades, que afectaron a un silo y a maquinaria. Por ello, decidió dar una vuelta con el coche por el entorno de las instalaciones ganaderas, y lo hizo acompañado de su mujer y de su hijo, que entonces tenía 10 años. Finalmente decidió quedarse allí y la mujer y el niño regresaron a su casa. Entonces se encontró con el presunto agresor, al que, según declaró, le preguntó:

«¿Qué, vas facer outra?»

. Según dijo, por respuesta obtuvo esta:

«Voute sacar deste mundo»

. Y entonces, al parecer, se produjo el disparo. Relató que se arrastró unos metros, hasta la entrada de una finca. Hizo una llamada a los servicios de emergencia e intentó hacer otra a su mujer, con la que había hablado por teléfono antes de que se produjese el disparo. A continuación llegaron una patrulla de la Guardia Civil y ambulancias. Fue trasladado al HULA y posteriormente a A Coruña.

La mujer y el otro hombre se sentaron en el banquillo, en los que la fiscalía no ve indicios de delito, en relación con su participación en la recuperación del arma, que apareció en una finca.

El hombre que resultó herido sufrió un trauma torácico secundario a herida de bala, con fractura anterior del segundo arco costal derecho y perforación de la escápula derecha. Igualmente, sufrió hemoneumotórax derecho, contusión pulmonar y trastorno por estrés postraumático. Necesitó noventa días para curar, ocho de ellos de hospitalización y 21 impeditivos.

La fiscalía pidió finalmente para el acusado 2 años y seis meses por un delito de homicidio en grado de tentativa y seis meses de prisión por tenencia ilícita de armas. Incluye la petición de cinco años de alejamiento de la víctima, a no menos de 200 metros.

Una Star de 9 milímetros largo, que se encasquilló

El arma de la que salió la bala que hirió al vecino de Baralla es una pistola Star semiautomática de 9 milímetros largo.

De las explicaciones de los peritos y de lo dicho en sala, se desprende que dicha pistola cuando fue revisada por los técnicos estaba encasquillada; es decir, había una bala percutida que no llegó a salir del arma, probablemente debido a que la pólvora no estaba en buenas condiciones.

Además de la bala que produjo la herida y de la que se encasquillo fueron localizados otras cuatro, al parecer en buen estado.

La acusación particular reclamaba una indemnización de más de 43.000 euros. Para el hombre y la mujer al que la acusación particular considera que actuaron como encubridores pedía un año de prisión.

Cambio de carácter

La acusación particular intentó demostrar que la agresión tuvo consecuencias relevantes sobre el comportamiento actual del herido. La mujer de la víctima declaró que, desde el suceso, el carácter de su marido ha cambiado, con incidencia en la relación con la familia. Dijo también que tiene que ir acompañado a las instalaciones agrícolas-ganaderas de su propiedad, en cuyas inmediaciones ocurrieron los hechos juzgados ayer.