«Fomos os primeiros da aldea en sacar proveito das castañas»

María Guntín
María Guntín OS ANCARES / LA VOZ

CERVANTES

Felipe Fernández en uno de sus soutos, en Cervantes
Felipe Fernández en uno de sus soutos, en Cervantes Carlos Castro

Varios profesionales del sector explican la importancia histórica de los sotos

06 mar 2021 . Actualizado a las 18:52 h.

Felipe Fernández es ganadero. Tiene una explotación de carne en Vilaver (Cervantes) y, además, ocho soutos cuyo producto comercializa a través de la cooperativa A Carqueixa, de la que forma parte desde que se creó. Esta temporada, el lucense recolectó 80 kilos de castañas frente a los 1.200 del año pasado y a los 9.000 que, anteriormente, eran habituales. Felipe y su familia son el ejemplo de que cuidar los soutos permite aprovechar el territorio y, al mismo tiempo, optimizarlo para que se transforme en un complemento económico: «Fomos os primeiros da aldea en vender castañas. Aquí todos teñen árbores, pero non se dedicaban a apañalas», explica Felipe, que también perfila que recoger los 80 kilos de cosecha de este año conllevó un gran esfuerzo.

En Vilaver hay nueve casas habitadas que suman tres ganaderías y aquí viven dos criaturas: son los hijos de Felipe y su mujer, un pequeño de dos años y una niña de cuatro que va al colegio de Cervantes. «Lévalle case unha hora chegar no transporte escolar», cuenta este padre.

Felipe nació en esta aldea, pero trabajó durante varios años en Lugo como constructor. Después, decidió continuar con la explotación familiar de su mujer puesto que sus suegros se jubilaron. Actualmente, tiene 42 vacas de carne. «Quero quedar nesta aldea ata que morra porque me gusta moito a vida que levamos, aínda que sei que é difícil», relata este hombre, que también explica que vivir de la ganadería es tarea casi imposible y que la cosecha de la castaña es cada vez peor: «Meu pai, que ten 76 anos, di que non recorda algo como o deste ano», reitera Felipe, que culpa a la plaga de la avispilla y a la nieve caída hace tres años, que rompió buena parte de las ramas.

La cooperativa

Desde la cooperativa A Carqueixa se comercializan castañas provenientes de 492 hectáreas de soutos esparcidos por Os Ancares. El gerente de la cooperativa, Román Sánchez, también constata las pérdidas de este último año. En buenas épocas, llegaron a facturar 230 toneladas de castaña, «nun ano normal, manexamos 120, pero hai dous anos foron 50 e no 2020, nove», explica.

Román analiza también la importancia histórica de los soutos en Os Ancares, «pensa que antes había moita xente que deixaba de herdanza un castiñeiro. Daquelas, as castañas eran un gran complemento alimentario».

Los montes repletos de árboles autóctonos vivieron épocas de abandono porque el precio de los frutos era muy bajo. Sin embargo, poco a poco se recuperó y hubo un repunte en las cosechas. Por desgracia, los incendios y la avispilla las mermaron desde hace unos años.

«A castaña é unha opción gañadora a medio prazo, unha das bases fundamentais para entender como se vai desenvolver a comarca dos Ancares nos próximos dez anos. Aquí hai unhas condicións óptimas», cuenta el gerente de A Carqueixa.

Recuperación

La Diputación de Lugo también tiene en marcha un proyecto de recuperación de soutos y, explica la diputada de Réxime Interior, Promoción do Territorio e Turismo, Pilar García Porto, «somos conscientes do abandono do territorio interior, polo que sentimos que estamos na obriga de protexer e coidar das persoas que deciden quedar a vivir no rural».

Esta mujer indaga en el atractivo que desprende la montaña de Lugo para aquellas personas que viven fuera pero que, en algún momento de sus vidas, se plantean emprender en un entorno rural. El organismo provincial ha llevado a cabo una tarea nada fácil: identificar a los propietarios das árbores a través de un mapeo, «dándolles seguridade xurídica para que poidan explotar os seus castiñeiros». El proyecto en colaboración con A Carqueixa empezó hace tres años y se centró, especialmente, en Vilor (Navia) y en Vilaver (Cervantes. Como resultado, Porto subraya que ahora, los propietarios «teñen un complemento económico, poden xerar ingresos».