Descubridores de tesoros de piedra

Carlos Cortés
Carlos Cortés MONFORTE

LUGO CIUDAD

Crónica | Nuevo yacimiento en Quiroga Dos aficionados al senderismo, la montaña y la Arqueología descubrieron gracias a las indicaciones de unos vecinos un gran canal minero romano sin catalogar

14 jun 2017 . Actualizado a las 13:59 h.

?ucho patearse el monte, algo de suerte y, sobre todo, horas de conversación con los más viejos del lugar. Es la receta que permitió a Carlos Rueda y Antonio Ferreiro «descubrir» el complejo hidráulico de una mina de oro construido por los romanos a orillas del río Soldón, en Quiroga. Las comillas son obligadas porque estos restos ya los conocían los vecinos de Paradaseca y Paradapiño. «O que non sabían de certo -explica Carlos Rueda- é que se tratase dunha mina romana». Menos sabían en Patrimonio, porque estos canales no aparecen en el inventario oficial de yacimientos arqueológicos de Galicia. Algo relativamente habitual si se trata de restos de pequeñas dimensiones, pero que en este caso sorprende porque la longitud de estos canales puede rondar los cinco kilómetros. Ni Carlos Rueda ni Antonio Ferreiro pretendían descubrir nada el 15 de julio, cuando se pusieron a caminar desde la carretera N-120 en dirección a Paradaseca. Querían comprobar si los senderos recién señalizados por el Concello de Quiroga en esa carretera eran efectivamente practicables. Para la prueba escogieron la ruta que debía llevarlos a lo largo del tramo bajo del río Soldón. Enseguida vieron que los matorrales segaban el camino una vez recorridos unos pocos cientos de metros. Fue entonces cuando recurrieron a un vecino. Vicente Martínez Rodríguez se ofreció a acompañarlos por un camino alternativo que les permitiría encontrar el Soldón. A mitad de recorrido, entre Paradaseca y Paradapinol, su guía les propuso una visita alternativa a una cueva que se encontraba, dijo, a poca distancia, en el lugar de Peno Furado. Llegaron después de recorrer un kilómetro y medio en coche por una pista de tierra y de andar unas decenas de metros por un sendero apenas practivable abierta por animales. «A entrada do túnel está nunha pena vertical que cae en picado sobre o río e a apenas trinta metros vimos un tramo pequeno de canal excavado na roca», cuenta carlos Rueda. Dos visitas más Tras aquella primera visita, hubo dos más. Siempre guiado por Vicente Martínez, el grupo encontró y recorrió en parte un lavadero de mineral excavado en la piedra en el lugar de Recopete y comprobó que otro había quedado tapado por un desmonte de la carretera que une Paradaseca, Pinol y Rugando. Más ayuda necesitaron para encontrar la presa con la que los ingenieros romanos contuvieron el agua de los ríos Soldón y Cereixido para desviarla a los cinco kilómetros de canal que probablemente la llevaría a algúna mina a cielo abierto aún por localizar. En esa tarea los ayudaron los vecinos de Paradapinol, que sabían de la existencia de un paraje que ellos conocían con el revelador nombre de Presa dos Mouros en la desembocadura del río Cereixido. Ahora, el descubrimiento espera la visita de los arqueólogos. A Carlos Rueda y Antonio Ferreiro les gustaría que, por lo menos, alguien se encargase de liberar de maleza el acceso principal a este hasta complejo minero. Rueda se reconoce escéptico. Quizás porque en sus periplos por los parajes naturales del sur de Lugo para preparar las propuestas de rutas que publica periódicamente en La Voz de Galicia ya ha hecho antes algunos hallazgos que no provocaron demasiado interés entre las instituciones con competencias. «Aí quedou por exemplo a ferrería de monte que atopei na cima das Pías, por baixo da pena dos Castro Cabaleiros».