Seis mil kilómetros por el desierto africano a bordo de un Seat Marbella

TANIA TABOADA LUGO / LA VOZ

LUGO CIUDAD

CEDIDA

Una pareja lucense cuenta la inolvidable aventura que vivió hace unas semanas tras participar en un rali en Marruecos

15 abr 2017 . Actualizado a las 22:26 h.

Sonia López y Pedro Villar vivieron la mayor aventura desde que son pareja. A estos dos lucenses les gusta la acción y es por ello que decidieron participar en el Panda Raid 2017. Se trata de un rali solidario de larga distancia que lleva nueve años desarrollándose en Marruecos. «Entre que era la primera vez que participábamos y que la organización fue algo caótica, estábamos un poco perdidos. Pero vivimos una experiencia impresionante. Disfrutamos un montón y ahora ya tenemos la situación controlada para repetir», indicó Sonia, quien viajó de copiloto en un Seat Marbella del año 1992 y comprado en O Incio.

De los 320 coches que competieron en las cuatro categorías -solo podían ser Seat Panda o Marbella- quedaron en el puesto 54. En total recorrieron unos 6.000 kilómetros y la velocidad máxima fue de 70 km/h por pistas y de 120 por autovía. «Había cuatro categorías: la 4x2, la 4x4, la estudiantes y la femenina. Nosotros participamos en la 4x2», manifestó Pedro Villar, el piloto, quien añadió que el vehículo respondió muy bien, no sufrió ningún pinchazo y solo tuvieron que cambiarle un filtro y una goma del tubo de escape que se soltó en un bache.

Las etapas

El punto de salida fue desde Madrid. Allí se juntaron los participantes, que salieron horas después hacia Almería para coger el ferri y llegar a Marruecos para recorrer las etapas. «Hicimos la noche en ferri y la meteorología era mala. Soplaba el viento y el barco se movía muchísimo. Utilizaron dos barcos para trasladar a los participantes y a los vehículos», contó la pareja, que tomó tierra en Nador para debutar en la primera etapa, Nador- Tissaf, con 250 kilómetros de los que 100 fueron pistas.

«Fue como un rali normal, aunque nos metieron mucha pista. Hubo etapas de 400 kilómetros en las que nos daban seis horas para la llegada. Unos tramos de kilómetros iban por viñetas. En uno penalizamos 75 puntos por ir más rápido de lo establecido», relataron los miembros del equipo, quienes explicaron que para dormir, montaban tiendas de campaña con baños y duchas.

La segunda etapa discurrió en Tissaf y Boubnib, con tres sectores de pistas y con muchos cruces y caminos. En cuanto a la tercera, fue de Boudnib a Merzouga, con mucha arena. La cuarta discurrió entre Merzouga y Tafraute; la quinta, entre Tafraute y Tansikht; la sexta, de Tansikht a Marrakech, y la última, por Qurzarzate (la perla del Sur). «Cada etapa era un mundo. Las tres primeras discurrieron por sitios donde abundaba la pobreza. Veías las casas con tejados de palmeras y gente pidiendo. Según íbamos llegando a Marraquech ya veíamos los caseríos», concluyó la pareja que conoció Marruecos a bordo de su Marbella.