Vitoria y A Coruña lo intentaron la pasada década, pero la contestación social arruinó la idea
20 jun 2017 . Actualizado a las 14:03 h.Si finalmente se cubre la calle Quiroga Ballesteros, Lugo se convertiría en un lugar pionero en España en el uso de cubiertas de espacios peatonales. Sí hay tradición en la Península Ibérica a la hora de cubrir plazas, ya sea con la función de fomentar mercados y ferias, o simplemente como espacio para resguardarse de la lluvia y el sol. Pero cerrar calles no tiene arraigo.
Los dos intentos más serios y conocidos para acometer una iniciativa de este tipo se debatieron en dos ciudades modelo en cuanto a urbanismo: Vitoria y A Coruña. Pero en ambos casos el rechazo social y político no ayudó a llevar a cabo sus proyectos.
El más reciente fue el de hace diez años en Vitoria. Era el proyecto Alhóndiga y suponía cubrir toda una manzana de calles céntricas y peatonales, con el cierre de la Plaza de España como lugar estrella. El coste de la obra, que se haría en plena crisis, y sobre todo la oposición de vecinos y del PP, echó atrás una propuesta de la que nunca más se volvió a retomar, quizás por lo ambicioso del proyecto.
Más cerca, en A Coruña, en 1988, los comerciantes del Área Obelisco presentaban al alcalde Francisco Vázquez la idea de cubrir la Calle Real, el espacio comercial por excelencia de la ciudad. El proyecto interesaba al gobierno socialista pero se fue aparcando y recuperando, como sucedió en los años 1993 y 2003. Incluso se anunció un concurso de ideas para una cubierta acristalada. Finalmente se descartó. La asociación vecinos de La Marina se oponía y calificaba la idea de «atentado cultural».
Han pasado los años y quizás la sensibilización social y comercial ha cambiado en las ciudades, que tienden hacia un urbanismo más peatonal y menor motorizado, un diseño urbanístico donde el ciudadano tome protagonismo, así como dinamizador de los cascos históricos.
Nuevos materiales
Otro factor que ayuda a que un Concello como el de Lugo se anime a cubrir una calle como Quiroga Ballesteros es la llegada de nuevos materiales. Frente al hierro y cristal clásico que se usó en galerías y plazas (un ejemplo, El Pasaje de Lodares, en Albacete), desde hace unos años triunfa un material que se emplea en instalaciones deportivas de todo el mundo. Se trata de las láminas de EFTE, un compuesto que se distingue por ser muy manejable en la construcción, su poco peso, resistente y de alta durabilidad. Se trata de una nueva generación de materiales plásticos que resisten a los rayos ultravioleta y otros agentes sin experimentar envejecimiento a lo largo del tiempo, por lo que es una verdadera alternativa a los materiales convencionales, especialmente el cristal o el vidrio, peligrosos con su exposición al sol. Este material, combinado con el acero, ha servido para la cubierta inaugurada esta semana en una pequeña población vizcaína, Iurreta.
