Lugo despide la primavera más calurosa en 36 años

Suso Varela Pérez
suso varela LUGO / LA VOZ

LUGO CIUDAD

ALBERTO LÓPEZ

El domingo hubo 37,3 grados, la temperatura más alta en esta estación desde que hay registros, en 1981

22 jun 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Ayer de madrugada comenzó oficialmente el verano, y lo hizo de la misma manera en que se despidió la primavera, con mucho calor y sin vientos que podrían acercar alguna sensación de humedad. No sabremos cómo será el estío del 2017 -aunque los meteorólogos anuncian que será caluroso- pero sí sabemos que la primavera en Lugo ha batido récords de sequía y de calor que podrían dejar consecuencias en el futuro más inmediato.

De entrada, el pasado domingo, la estación de Meteogalicia del Campus de Lugo registró 37,3 grados, la temperatura más alta en esta estación desde 1981, año en el que comienza a haber registros oficiales. La anterior cifra más alta fue en el 2011 con 36,1 grados. El pasado año, por ejemplo, la máxima fue de 30 grados.

En cuanto a precipitaciones, salvo los 122 litros por metro cuadrado de mayo, la estación ha sido de las más secas desde 1981. Los 15 litros recogidos en Lugo el pasado abril -mes conocido por el refranero por el de las lluvias- explican la situación de prealerta por sequía en la que están los municipios de la cuenca del Miño-Sil. Durante los 92 días de la primavera, en solo 20 hubo precipitaciones superiores a un litro por metro cuadrado, y la cifra total de litros caídos en tres meses fue de 200. Y días con lluvias superiores a 10 litros por metro cuadrado solo hubo diez.

El cóctel de calor intenso y escasas precipitaciones está dejando en negativo el balance hídrico (el equilibrio entre todos los recursos hídricos que ingresan al sistema y los que salen del mismo, en un intervalo de tiempo determinado), que sumado al balance del segundo semestre del pasado año y al invierno del 2017 puede causar problemas de abastecimiento de agua en el actual verano.

Ante esta situación, desde la Confederación Hidrográfica Miño-Sil recomiendan un «uso responsable» del agua. Este organismo que depende del Gobierno remitió una carta a los ayuntamientos para que tomen medidas, como por ejemplo reducir el baldeo nocturno. «Hay ciudades, en nuestra demarcación, que lo han reducido a la mitad para no malgastar agua y también pueden reducir la presión nocturna», explicó ayer en Lugo el presidente de la Hidrográfica, Francisco Marín, quien apeló a un «uso y a un ahorro responsable», al tiempo que ha admitido que la situación es «preocupante».

Marín apuntó que el nivel de los embalses, con fecha de martes, se encuentra a un 67 por ciento. «Si tenemos en la demarcación 3.000 hectómetros cúbicos de capacidad, habrá unos 2.000 y algo de volumen de almacén de agua», concluyó.

Problemas de abastecimiento en núcleos pequeños

El presidente de la Confederación Hidrográfica Miño-Sil, Francisco Marín, aseguró ayer en Lugo que el abastecimiento de agua está «garantizado» para las grandes poblaciones que cubre dicha confederación, como «Lugo, Ourense o Ponferrada» y cuyas «tomas» proceden del Miño y Sil, pero no para los «pequeños núcleos». Esta situación es efecto de la acuciante «sequía», según ha comentado, y de la ausencia de lluvias. Según ha señalado, abril ha sido «el mes de peores datos de la historia, desde que se tienen datos de pluviometría» y apuntó que «estamos en una situación de prealerta meteorológica, la sequía meteorológica es cuando las precipitaciones son por debajo de los últimos cuarenta años». Marín indicó que estamos en un 40 por ciento por debajo de las precipitaciones en el año hidrológico, que se cuenta desde el 1 de octubre al 30 de septiembre. «Esto quiere decir que en la fecha que estamos no se va a recuperar», ha advertido.

 Sequía de manantiales

Así, Francisco Marín ha comentado que «en los ríos no regulados como es el caso del Miño a su paso por Lugo, que se empieza a regular en Belesar, los caudales circulantes son anormalmente bajos, pero el abastecimiento de Lugo ciudad no tendrá. Pero la situación es peor para los pequeños núcleos. «En Galicia hay muchos núcleos con pocos habitantes que toman de manantiales o de pequeños ríos sin cabecera, y de persistir sí es posible que se vean perjudicados porque esos manantiales sequen».