«La recreación del armamento romano en Arde Lucus no está nada mal»

Enrique Gómez Souto
enrique g. souto LUGO / LA VOZ

LUGO CIUDAD

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Fernández restauró piezas metálicas que se exponen en el Mitreo, entre ellas un sello de bronce para correos

28 jun 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

«Quiero ser arqueólogo», cuenta que dijo en la Facultad cuando empezó sus estudios universitarios. Con la misma pasión con la que expuso su deseo en el inicio de su formación académica, Carmelo Fernández Ibáñez (Bilbao, 1959) habla de cuantos asuntos tienen que ver con su profesión. Restaurador en el Museo de Palencia, lo fue también en el de Ourense durante diez años (1986-1996) y desde entonces mantiene relación con Lugo. Ayer ofreció en la antigua cárcel una conferencia sobre el armamento romano titulada Las armas que forjaron un imperio. De eso y de las piezas metálicas que restauró y que se exponen en el Mitreo habló este investigador para La Voz.

-¿Qué opinión le merecen las reproducciones de las armas que se usan en el Arde Lucus y en otras fiestas de recreación histórica?

-Hay un poco de todo. Ahora hay mucha información a través de la arqueología, sobre todo por medio de la escuela anglosajona y alguna otra. Tenemos huecos en el conocimiento que se van llenando. En este tipo de reconstrucciones para estas fiestas, hay interpretaciones más o menos artísticas. Pero en general están bien y dan una visión que hasta hace unos años la población no tenía. No están mal.

-Ha restaurado usted metales hallados en la excavación del Mitreo, pero su relación con Lugo en este sentido empezó antes...

-En 1990 se montó en Madrid la exposición nacional Los bronces romanos de España. Entonces yo era restaurador en el Museo de Ourense. Y para esa exposición restauré la placa de San Vicente de Castillós, de Lugo. Una placa con varias figuras humanas, una lámina de bronce, que seguramente formó parte de una arqueta. Hoy está en el Museo.

-¿Qué piezas restauró para el Mitreo?

-Las limpié para poder identificarlas. Son piezas de elementos civiles y correspondientes a diversas actividades. Lo más llamativo son los elementos decorativos, como fíbulas con vidrios de colores, así como material quirúrgico y de cosmética. Es interesante una balanza de precisión. Otra pieza restaurada es un sello de correos, de bronce, con una tapa. Es lógico que apareciese algo así en una casa como esta del Mitreo. Siendo su propietario un militar y estando al frente de una oficina de recaudación, entra dentro de lo normal que mantuviera correspondencia oficial. Otras piezas metálicas son bronces que debían de formar parte de cinturones.

«Para la exposición ‘Los bronces romanos de España’ restauré la placa de San Vicente de Castillós»

Pequeños restos de estatuas en el Mitreo

Fernández Ibáñez, en su paso por la capital lucense, señala que entre las piezas que limpió de entre las halladas en el Mitreo figuran trozos de una estatua, que no es identificable. A este respecto, indica que el hallazgo de esos restos no es baladí, en tanto que da idea del nivel que tuvo la casa en la que fueron encontrados dichos restos. Apunta que las estatuas se encargaban fuera, en la Galia o en la propia Roma.

Fernández disertó ayer en la antigua cárcel sobre las armas romanas, en el marco de las actividades culturales previas al Arde Lucus. En Las armas que forjaron un imperio, el conferenciante apuntó como el ejército romano fue asumiendo armas y estrategias procedentes de aquellos indígenas que iba incorporando a sus filas, en gran parte mediante el compromiso de conseguir la ciudadanía romana tras 25 años de servicio.

-¿Cuál era el armamento básico?

-El yelmo, el escudo, la lanza y la espada. El tipo de espada, de gladio, cambiaba cada cierto tiempo. En general, a la caballería como a lo naval, no se le daba demasiada importancia; lo fundamental era la infantería. En todo caso, el entrenamiento era muy duro. El equipamiento cambiaba mucho en función del pueblo con el que combatía.