No, jajá no

Luis Latorre

LUGO CIUDAD

06 nov 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El sábado por la noche actuó en Lugo Moncho Borrajo. No sé cuándo fue la última vez que visitó nuestra ciudad, pero yo lo vi en el Gran Teatro así que echen cuentas.

Tras 45 años sobre los escenarios sigue siendo el mismo: canalla, grosero, irreverente, insultante, genial, atrevido, escatológico, emocionante? y divertido a más no poder. Acudir a los espectáculos de Borrajo es como pedir nuestro plato favorito en un restaurante habitual porque sabes lo que te vas a encontrar, pero eso no impide que lo disfrutes cada vez.

Sigue disparando a diestro y siniestro sin dejar títere con cabeza. Se mete con hombres y mujeres, con izquierdas y derechas, cantando y haciendo imitaciones ?-sorprendió con una más que válida Chavela Vargas - e improvisaciones con palabras que el público le propone, y con un punto final más sentimental que dedicó a los terribles incendios sufridos en nuestros bosques.

Pero lo mejor de Moncho Borrajo es que sigue diciendo sus verdades disfrazadas de humor, aclarando cada poco que «no, jajá no» mientras el público se parte, y siguiendo la más noble tradición del gran payaso irónico e inteligente que hace pensar cuando se apagan las carcajadas.

Nos pidió a todos que le diéramos un recado a los que no vinieron el sábado pero que presumen con esa absurda frase de «es que yo lo vi en Madrid»: el espectáculo es el mismo pero allí la entrada es más cara. Lamentablemente esto es habitual en Lugo donde protestamos porque el nuevo auditorio «solo» tiene mil butacas cuando excepcionalmente llenamos las algo más de ochocientas del Gustavo Freire si viene alguien que sale en la tele. Lugo necesita una buena programación cultural, pero también un público que acuda a disfrutarla.