La joya de Meira lucirá en miniatura

Xosé María Palacios Muruais
XOSÉ MARÍA PALACIOS VILALBA / LA VOZ

MEIRA

PALACIOS

Jesús Villamide, que realiza trabajos de restauración en casas, construye una réplica en piedra del monumento local

18 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La iglesia de Meira, joya del románico final gallego y edificio declarado Monumento Nacional, cabe en apenas un metro cuadrado, superficie en la que puede lucir todo su esplendor artístico. Si a la orden cisterciense se le debe el haberse instalado en esta zona de Galicia y el haber levantado un conjunto del que aún se conserva el templo, a un vecino del municipio, Jesús Villamide, se debe el proyecto de construir una maqueta que incluso ofrecerá alguna sorpresa.

89 centímetros de fondo; 29 de anchura en las naves laterales, que se ampliarán a 46 en la parte del crucero; 48 de alto. Esas son las dimensiones de la maqueta, cuya construcción se está realizando con materiales que seguramente agradarían a los maestros de obra medievales: los muros se están levantando en cantería y el tejado será de pizarra.

Hace ya semanas que Villamide, cuya actividad profesional está relacionada con la construcción en general y con la restauración en particular, se puso manos a la obra. Fines de semana y algún rato libre en días laborables están ahora dedicados a esta tarea, que surgió más bien de la curiosidad.

Haciendo un alto en los trabajos, Villamide recuerda que en una conversación con el párroco, Miguel Asorey, se les ocurrió comentar cómo habría sido el conjunto cisterciense en siglos pasados, cuando la iglesia tenía todavía el convento al lado. Entonces surgió el proyecto de levantar una maqueta que explicase a vecinos y forasteros como era «o convento antes». Yoani Jartín, encargada de la oficina de turismo y presente en la conversación, matiza que ese antes se refiere a al período anterior a la desamortización de Mendizábal (1836-37), con la que bienes en poder de la Iglesia Católica pasaron a manos privadas.

Un claustro

Para que el resultado sea lo más fiable posible con respecto al original, la maqueta llevará también una reproducción del claustro de la zona sur del primitivo conjunto. Esa ala sur es la que da hacia la actual Praza do Convento, en donde hoy se sitúan la oficina de turismo y una construcción que se usa para fines socioculturales y en la que Villamide construye la maqueta. El claustro medirá 46 centímetros de largo y 46 de ancho y se construirá también en cantería.

La iglesia, construida en el siglo XIII, tiene añadidos posteriores, como son los retablos o las pinturas de la sala de las reliquias, recientemente restaurada. La maqueta en la que trabaja Villamide irá vacía por dentro, aunque la fidelidad al modelo original parece asegurada; por un lado, cuenta con planos facilitados por una arquitecta que realizó trabajos de investigación sobre la iglesia; por otro, el IES Pedregal de Irimia realizará una impresión de la maqueta en 3D para ayudar a visualizar la forma de las cubiertas.

Una empresa de Pol le facilita el material. Como las piezas de cantería tienen unos pocos centímetros cuadrados de superficie, se usa, explica Villamide, un pegamento especial para ensamblarlas. La cuestión no resulta nada trivial porque el resultado final será de peso: la maqueta, dice Villamide, pesará unos cien kilos.