El traje de noche para caminar seguro

tania taboada LUGO / LA VOZ

O CORGO

oscar cela

La Xunta entregó 40 chalecos reflectantes para la provincia, que reparten los agentes de Tráfico para fomentar su uso

04 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Un peatón fue el primer fallecido del año en las carreteras de la provincia de Lugo. Fue un vecino de Sarria, de 75 años de edad, que tras salir de una cafetería en Maceda, O Corgo, y cruzar la vía para dirigirse al coche, fue arrollado. Eran las ocho de la mañana, había algo de niebla y el fallecido no vestía prenda reflectante. Su compañero le advirtió que no cruzase la carretera debido al contexto pero el septuagenario cruzó igual y fue arrollado.

Los atropellos son una de las causas de los accidentes más comunes en Galicia. Una comunidad muy propicia a ellos por su meteorología. La provincia de Lugo se lleva la palma en lo que se refiere a la niebla. También la dispersión demográfica y la ausencia de aceras, obliga a muchos lucenses a transitar por las vías secundarias que atraviesan sus localidades. De esto son conscientes los agentes de Tráfico de Lugo. Con el objetivo de prevenir atropellos, estos días se encuentran repartiendo chalecos. Hacen especial incidencia en las zonas rurales.

Zonas rurales

El mejor camino es retomar el reparto de chalecos reflectantes que permiten que el viandante sea visto por el conductor a más distancia y en situaciones de poca visibilidad por lluvia o niebla. La fecha elegida para volver a repartir los 40 chalecos en la provincia coincide con el cambio de hora que tuvo lugar este mes y que favorece que un mayor número de personas transiten por las carreteras interurbanas de la comunidad. Los 40 chalecos están siendo repartidos por los agentes de los cuatro destacamentos de tráfico de la provincia de Lugo: Burela, Vilalba, Lugo y Monforte. Los destinatarios de este plan, enfocado a frenar las muertes por atropello, tienen un perfil claro: personas mayores de 65 años que residen en zonas rurales y que se mueven con un exceso de confianza por su área vecinal. En muchas ocasiones visten de colores oscuros y tienen limitados los movimientos y la capacidad de reacción, lo que puede convertir un accidente en fatídico.

Desde Tráfico advierten que, más allá de la edad de los peatones, la dispersión de la población en determinados lugares y el complejo entramado viario gallego, propician estos siniestros. El primero de los atropellos mortales del año ocurrió precisamente en Maceda, O Corgo, uno de los lugares que eligió la Guardia Civil para repartir chalecos, como se ve en la foto