«Foi un ruído moi forte, pero non se moveu nada»

Alberto López
ALBERTO LÓPEZ LUGO / LA VOZ

PEDRAFITA DO CEBREIRO

Daniel R. Portela

Terremotos como el de la madrugada de ayer forman parte del día a día de los vecinos de Triacastela

18 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Triacastela volvió a ser epicentro de varios seísmos la noche del domingo al lunes. El más importante, de magnitud 3,5 en la escala de Richter, ocurrió pocos minutos después la medianoche y a once kilómetros de profundidad según el Instituto Geográfico Nacional. El temblor se dejó notar en municipios cercanos como Sarria, Pedrafita, Becerreá o Lugo, pero también en zonas tan distantes como Monforte, Chantada o Quiroga.

Previamente, a las 23.41 horas se registró otro terremoto con epicentro también en Triacastela, de magnitud 2,1.

Nada que ver con los temblores de mayo de 1997. Aquel año la zona llegó a registrar seísmos de magnitud de hasta 5,3 y más de un centenar de réplicas que causaron miedo y el desconcierto en toda la comunidad y muy especialmente entre los vecinos del conocido como triángulo sísmico. Por aquel entonces, como ayer, no hubo que lamentar desgracias personales. Todo quedó en una cuantas grietas en diversos edificios y el derrumbe de parte de una vieja casa de piedra. De hecho, este último temblor de la Tierra pasó desapercibido para muchos tanto por la magnitud -en la escala de Richter se consideraría menor- como por lo acostumbrados que están ya en el lugar a temblores de estas características.

«Un estrondo grande»

La propia alcaldesa del municipio, la popular Olga Iglesias, reconocía: «Se o sentín, foi porque estaba esperta». Explicó que «foi un estrondo grande inicialmente, e un ruído constante que se foi esvaecendo durante 20 ou 30 segundos». «Pero a miña familia estaba durmindo e continuou a durmir sen decatarse», añadió. Coincidió además con casi todos los testimonios recogidos: «Movemento das cousas non cheguei a percibir» aclaró.

En eso coincide con un vecino de Teixeira do Courel que ayer visitaba un taller agrícola de Triacastela: «Foi un ruido moi forte, pero non se moveu nada» afirmaba. La conversación la zanjó diciendo: «O ruido foi como o das outras veces, pero non nos asustamos, xa estamos afeitos», lo que evidencia lo acostumbrados que están en la zona a este tipo de temblores.

Como suele ocurrir en estos casos, la percepción de los efectos es tan distinta como las propias personas. El propietario del taller consideró que «foi un ruído non moi forte, pequeno, como unha ventada de aire. A décima parte de cando houbera os grandes». Él estaba en cama y cree que eso podría influir. «Non notei que se movera nada» aseguró, como el resto.

Curiosamente, un vecino de Camporramiro, en la ribeira de Chantada -a más de 60 kilómetros en linea recta del epicentro del terremoto- aseguraba ayer por la mañana haberse llevado «un susto tremendo». Al parecer notó el estruendo «como cando pasa un camión deses grandes por diante da casa, pero multiplicado por dez». Aseguró que «tremían todos os cristais».

Llamada a la tranquilidad

Desde el 112 explicaban ayer que poco después del seísmo habían recibido varias llamadas de personas de municipios cercanos al epicentro para avisar de que habían sentido algo similar a un movimiento sísmico. En ninguno de los casos dieron cuenta de desperfectos en sus viviendas.

En la misma línea se manifestaba la alcaldesa, Olga Iglesias, que además de asegurar que no tenía constancia de ningún tipo de daño, quiso hacer hincapié en una llamada a la tranquilidad de vecinos y extraños. «É sabido que estamos situados sobre unha faia que vén dende a zona de Viveiro, pero é unha faia pequena que non supón ningún tipo de perigo. Non somos un sitio perigoso dende un punto de vista sísmico» aseguró.