El centro de interpretación de Castromaior, un referente de arquitectura abandonado a «fiestas electrónicas»

Uxía Carrera Fernández
UXÍA CARRERA PORTOMARÍN / LA VOZ

PORTOMARÍN

U.C.

Los grafitis y la maleza ganan terreno en el reconocido edificio de Portomarín, que está a la espera de ser musealizado

25 nov 2023 . Actualizado a las 18:17 h.

El arquitecto Carlos Pita creó en Portomarín un monumento de hormigón que acompañase al castro de Castromaior como se merecía. El edificio, en plena ruta jacobea, es una actualización de las capillas del Camino de Santiago que son cuidadas por los propios vecinos y peregrinos. El concepto y construcción de este centro de interpretación ya le otorgó reconocimientos y nominaciones como al prestigioso Premio Mies van der Rohe. Sin embargo, la falta de definición de su uso hace que haya caído en el «semi-abandono», con maleza, basura, grafitis y hasta fiestas electrónicas. 

El centro de interpretación de Castromaior fue un concurso público del Ministerio de Transportes, que ganó el arquitecto coruñés Carlos Pita. Es un concepto totalmente nuevo en el Camino de Santiago: un bloque de hormigón abierto sin puertas ni ventanas con varias salas vacías o con bancos de madera. El objetivo era que no supusiese una carga para el Concello de Portomarín, ya que no necesita mantenimiento. Albergará un museo sobre el castro. 

Su innovador concepto supone un referente para la arquitectura gallega, lo que se reconoce con la nominación de Carlos Pita al Premio Mies van der Rohe. Pero un año y medio después de su inauguración la musealización todavía no se materializó y más que cuidarse solo, parece que lo han abandonado. 

Los peregrinos que ahora pasan al lado del centro se encuentran con una maleza tan crecida que tapa uno de los ventanales principales, desde donde se puede ver O Cebreiro; hay un gran grafiti en la fachada principal y varios en el interior, y algunos restos de basura se reparten por las distintas salas. Al estar abierto, incluso sirve como lugar para hacer fiestas electrónicas. «Hasta aparecieron pintadas de Berghain, como la mítica discoteca de Berlín». 

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La lucha de los edificios y monumentos contra los grafitis es algo que se escapa mucho más allá de Castromaior. «Ya nos hicieron varios durante las obras y desde que se terminó tuvimos que limpiar uno», cuenta Pita. El arquitecto asume que como el centro todavía no tiene un uso determinado, porque está pendiente de la musealización, sufre cierto abandono. «Se está esperando por la subvención para musealizarla, que yo creo que va a ayudar a que esté bien mantenido», explica. Aun así, pide respeto para los que hacen pintadas. 

En cuanto a la maleza, el arquitecto contempla que la naturaleza haga su función y crezca en el techo y el terreno, pero siempre con mantenimiento. «Igual que se acondiciona la zona del castro también se hace alrededor del centro de interpretación». Aunque al pasar ciertos meses parece «que está a monte», la intención es acondicionarlo pero que tenga el aspecto lo más natural posible. Además, la basura se deja ver por las salas del centro, aunque Pita defiende que los peregrinos se portan bien con el centro, lo usan para descansar o resguardarse.

Por el Camino de Santiago, todavía quedan voluntarios que abren unas horas las iglesias para que las vean los peregrinos pero la falta de vecinos las ha ido cerrando. Dejar los tempos abiertos no es una opción, por seguridad. Carlos Pita cree que pueda ser lo que hay que plantearse también con el centro de Castromaior si el desgaste continúa una vez esté hecha la musealización. «Como las capillas de las que tienen la llave los vecinos», apunta. Aun así, el centro se pensó para que no tenga que tener personal. 

Por el momento, no se conoce la convocatoria de la ayuda para hacer la musealización, por lo que a reconocido centro seguirá siendo una obra de arte sin custodiar.