Las casas rurales de Lugo, nueva sede para los retiros: «Hay gente que paga por estar en silencio»

Uxía Carrera Fernández
UXÍA CARRERA LUGO / LA VOZ

SAMOS

A Casa da Terra, en Antas de Ulla, la primera casa que organizó retiros
A Casa da Terra, en Antas de Ulla, la primera casa que organizó retiros Carlos Castro

Los eventos para desconectar en la naturaleza se han convertido en un complemento económico para algunos negocios turísticos

20 abr 2022 . Actualizado a las 17:32 h.

La naturaleza, siempre que se cuide, puede ser un gran motor económico. Los negocios y actividades que giran en torno a ella se han disparado y un claro ejemplo es el reclamo de espacios en el rural de Lugo para celebrar retiros. Los albergues y casas rurales lucenses se ofertan como sedes de eventos de varios días para que un grupo de personas pueda realizar actividades en conjunto, guiados por profesionales, y desconectar en la naturaleza. «Si se cuenta con buenos terapeutas es un éxito, es una actividad que gusta muchísimo», explica Fátima Melo, responsable del albergue Rectoral de Romeán.

En la provincia hay un centro especializado, A Casa da Terra en Antas de Ulla, y cada vez más casas rurales se unen a ser un lugar de retiro, que ya están presentes en Samos, Lugo o Folgoso do Courel. Lo único que necesitan son dos factores: estar en medio de la naturaleza y contar con una sala o un espacio para poder realizar las clases. Si una casa turística cumple esas características, será una opción para los grupos que buscan realizar retiros. «Nosotros no buscamos a los interesados, sino que nos ofrecemos como espacio», explican desde Casa Xaymaca, en Samos. La alberguera Fátima Melo coincide, aunque explica que para las primeras veces decidió moverse ella antes y así hacerse conocida entre los interesados. «Es esencial mostrarles como es el espacio con el que van a contar, sobre todo porque le dan mucha importancia a tener una finca aislada y en la naturaleza». Es decir, lo que buscan es intimidad. Así lo indica también el responsable de la Aldea do Mazo, en Meiraos, en la Serra do Courel, que en lo que va de año ya organizó cuatro retiros y tiene previstos otros seis. «Somos una aldea completa, no tenemos nada alrededor, por lo que aseguramos la privacidad que se busca en un retiro», explica. De hecho, en este complejo se realiza un evento europeo que solo tiene lugar en el País Vasco y ahora en O Courel.

A la izquierda, Fátima Melo, en su albergue Rectoral de Romeán, donde organiza retiros
A la izquierda, Fátima Melo, en su albergue Rectoral de Romeán, donde organiza retiros Óscar Cela

Interesados extranjeros

Una parte importante de los que ven en la naturaleza lucense el lugar idóneo para hacer un retiro son extranjeros. Algunos de ellos están estrechamente ligados al yoga y aprovechan para acudir en grupo durante un fin de semana a parajes como Casas de Outeiro, en Samos, donde practican la disciplina a las cinco de la mañana casi en medio del bosque. El perfil de interesados en estos eventos son, por una parte, personas que quieren formarse en alguna disciplina, ya que existen retiros intensivos, por ejemplo de tai chi, o bien son aquellos que quieren probar la experiencia para desconectar.

También son de fuera de Galicia los profesionales que guían los retiros. Principalmente proceden de otros puntos de España. Los hay de varios tipos, centrados en el yoga, la biodanza, la música o incluso el silencio. «Hay quien paga por estar en sesiones de 40 minutos en silencio». También cabe la posibilidad de que sea un evento que mezcle varias actividades. Para realizarlas, acuden uno o varios profesionales. «Empiezan a hacer clases o talleres a primera hora de la mañana y están seguido hasta la hora de cenar», relata Melo. Los retiros tienen el objetivo de desconectar pero siempre de manera activa, con técnicas de «crecimiento personal».

300 euros un fin de semana

El centro más veterano de la provincia, A Casa da Terra, que es la referencia de Lugo, ya consigue organizar un retiro al mes. «Algunos, como el de esta pasada Semana Santa, los organizamos nosotros, pero lo habitual es que los grupos interesados acudan a nosotros», explica Santi, el responsable. Lo que ellos aportan, como el resto de establecimientos que se apuntaron a esta nueva demanda, es el servicio de hospedería y las tres comidas del día. Los precios, por tanto, cubren la pensión completa y también el pago a los profesionales que imparten los talleres. El coste ronda los 300 euros para un retiro de tres días. Por ejemplo, en el Rectoral de Romeán, los próximos 13, 14 y 15 de mayo, cuatro terapeutas de León organizan un retiro de desconexión con un precio de 350 euros. «Para nosotros supone un gran complemento al servicio de alojamiento y de actividades, pero solo funciona si los profesionales están a la altura», recalca Santi.