Una decoración de Navidad para comérsela: la panadería Pallares de Sarria crea con pan adornos de todo tipo

Uxía Carrera Fernández
UXÍA CARRERA SARRIA / LA VOZ

SARRIA

El histórico negocio horneó un árbol, casas o la Torre da Fortaleza de Sarria

11 dic 2023 . Actualizado a las 21:29 h.

Si la panadería Pallares merece una visita obligatoria por el exquisito sabor de sus productos, durante los meses de diciembre y enero también la merece por ser un referente de la Navidad de Sarria. La masa de pan se sale del mostrador para ocupar el interior y el escaparate del local con adornos de todo tipo hechos artesanalmente por la familia de Pilar, Javier y Antía. Las fechas festivas para ellos empiezan antes: «Uns meses antes xa estamos pensado que facer». 

Como el funcionamiento de la propia panadería, vestir a Pallares de Navidad es algo que también se hace en familia. El negocio de Sarria está en manos del matrimonio de Pilar García y Javier Fernández y su hija, Antía Fernández, cuarta y quinta generación. Los tres hornean y atienden a diario en el local ubicado en la calle Matías López y también disfrutan de hacer la decoración juntos. «En outubro xa empezamos a pensar en enfornar porque leva bastante traballo», cuentan. 

El aclamado escaparate navideño de Pallares es ya una tradición de mucho años en Sarria. Aun así, cada año se reinventan. «Reutilizamos adornos dos anos pasados, ao estar feitos de pan algúns se estropean e temos que recompoñelos de novo. E ademais facemos cousas novas», cuenta Antía Fernández. Para recibir a los clientes en la tienda, en una estantería descansan varias casas navideñas de masa de pan y, a continuación, un árbol de más de dos metros hecho con estrellas de diferentes tamaños. Cada una de ellas fue hecha a mano. En la puerta de entrada, cuelgan de un aguinaldo adornos en forma de estrella o reno. 

En el escaparate exterior del establecimiento, este año lucen su nueva creación: la Torre da Fortaleza de Sarria. La simbólica construcción de la localidad está mejor conservada que en la realidad con la recreación hecha de pequeños rectángulos de masa y cubierta con «nieve». Además, los protagonistas del Belén cobran vida subiendo por las escaleras de la torre representados con bollos de pan, con la vestimenta correspondiente. «Levou moito traballo facer cada peza e pegalos todos, sobre todo porque coa humidade desta época se despegan e hai que arranxalo», explica Javier Fernández. 

Las creaciones hechas por ellos mismos con pan se unen a la amplia colección de adornos que acumula la panadería, que también es museo. Otro de los escaparates es un escenario de oficios tradicionales en miniaturas que recopilan de sus frecuentes viajes a Italia: «Traémolos de Nápoles, gustáronnos porque están feitos de maneira artesanal». De los sitios de trabajo de dentistas, profesores, ópticos o panaderos se pasa finalmente a una pequeña ciudad navideña metida en una antigua televisión. 

La infinidad de detalles hace que sea un reclamo sobre todo para los más pequeños de la villa. «Encántalles vir e quedarse mirando as figuras, hai moita xente que ven solo para velo ou que pasa e se para», relatan. Los peregrinos que hacen el Camino en inverno tampoco se quedan al margen. Antía Fernández detalla que la panadería se hizo especialmente famosa entre los caminantes coreanos, que siempre se acercan a curiosear.

Pallares participa cada año en el concurso de escaparates promovido por la Asociación de Comerciantes, Empresarios, Profesionais e Autónomos de Sarria, y además se llevó el premio varios años de manera consecutiva. Además del gusto y la satisfacción personal, la familia sarriana defiende que la iniciativa de cuidar la decoración es buena para incentivar el comercio local. «Notamos un aumento das vendas, sobre todo porque os pais veñen cos nenos a velo e de paso sempre compran algo». 

Hacer cada detalle de la decoración navideña se une a todo el volumen de trabajo que asume la panadería en estas fechas, que además de seguir horneando el pan y los dulces de siempre, aumenta la oferta con los típicos de la época. Más allá del roscón de reyes, cada vez triunfa más el panetone, que la joven Antía Fernández hace artesanalmente uno a uno sin poder despistarse de los tiempos marcados porque es un postre muy delicado. Una forma de trabajo que se toman igual de en serio que la cuidada decoración de Navidad porque «é bo para animar ao pobo».