El catastrazo se notará también en el IRPF y en otros impuestos

Xosé María Palacios Muruais
XOSÉ MARÍA PALACIOS VILALBA / LA VOZ

VILALBA

El Concello de Vilalba aplicó además una revalorización que permitía efectuar el Gobierno central

04 mar 2017 . Actualizado a las 15:03 h.

Los efectos del catastrazo no solo se notan estos días. Vecinos de municipios de la comarca chairega -los primeros, los de Abadín, Vilalba y Begonte- deben afrontar los pagos de actualizaciones correspondientes a los años 2012, 2013, 2014 y 2015, con cantidades que varían pero que pueden llegar a suponer varios miles de euros. A ese desembolso se le suma lo ya pagado por la regularización de construcciones, 60 euros por cada una que se dio de alta. Pero no son esos los únicos efectos, ya que las revisiones de los valores catastrales pueden llegar al Impuesto de la renta de las personas físicas (IRPF) y a otros.

 ¿Cómo se puede notar el catastrazo en la declaración del IRPF?

Depende de la consideración que tenga la vivienda, ya que si se trata de una segunda residencia, tributará como rendimiento del capital inmobiliario. A una vivienda cuyo valor sea, por ejemplo, de 30.000 euros, se le aplica un dos por ciento de ese valor por haberse tratado de una regulación parcial. El resultado es una base de 600 euros por la que se deberá tributar, aunque la cantidad que se pagará dependerá de los ingresos de cada persona.

 ¿Cómo se nota este aumento en el pago de plusvalías?

Se puede notar en algunos municipios, ya que no en todos se cobra. En Vilalba, en donde sí se tributa, se pagan por sucesiones, compraventas y donaciones, aunque se aplica por el valor catastral del suelo y no por el valor de las construcciones. En sucesiones se concede un plazo de seis meses para pagar; en compraventas y en donaciones, de un mes.

 ¿Tiene consecuencias en el impuesto de sucesiones?

Si se trata de transmisiones directas -a esposos, a hijos y/o a nietos- de bienes inmuebles, no se paga nada mientras el bien tenga un valor inferior a los 400.000 euros.

¿Hay algo más además de regularizaciones y de atrasos?

En algunos municipios, sí. Uno de esos casos es Vilalba, en donde el coeficiente de actualización de inmuebles urbanos se aplicó en los tres últimos años y se aplicará en este: en el 2014, en el 2015 y en el 2016 fue de un 10 diez por ciento; en el 2017 será de un ocho por ciento, con lo que una propiedad de naturaleza urbana tendrá ahora un valor de un 38% más que en el 2013.

 ¿Pudieron los concellos haber reaccionado ante estas medidas?

En solitario, seguramente no; en conjunto, por medio de la Federación Galega de Municipios e Provincias (Fegamp) o de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), su voz habría sido más escuchada. Una postura que podrían haber planteado los ayuntamientos sería la de solicitar que las actualizaciones se hiciesen del 2015, año en que empezó el proceso, en adelante, pero no con carácter retroactivo.

 ¿Hay alguna medida que se pueda tomar en estos momentos?

Sí. Pueden aplicarse bonificaciones para construcciones de uso agrícola y ganadero o para construcciones de uso mixto, en las que haya uno de tipo agropecuario y otro distinto. En Guitiriz, por ejemplo, se aprobó una bonificación del 95% para construcciones de uso agropecuario y del 50% para construcciones de uso mixto, aunque las consecuencias de la medida no se notarán hasta el año próximo. En Vilalba, ya en el 2015, el PSOE pidió una rebaja del tipo impositivo; en el 2016 propuso una bonificación del 95% para las construcciones agropecuarias; el PP rechazó esas dos medidas.