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La pósitos acusan a las depuradoras de comprar marisco a los furtivos

Javier Romero Doniz
JAVIER ROMERO RIBEIRA / LA VOZ

SOMOS MAR

MARCOS CREO

Los patrones mayores de Arousa norte denuncian una trama asentada

03 sep 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Nada nuevo bajo el sol. Tan solo que los bancos marisqueros de Arousa norte sufren desde hace años la avaricia de furtivos incontrolados que bajan a las playas con cada marea para esquilmar los bancos marisqueros. Esta es la principal conclusión a la que llegaron los asistentes a la reunión organizada por la Federación Galega de Confrarías de Galicia, que citó en Ribeira a los patrones mayores de la comarca (Rianxo, Cabo de Cruz, A Pobra, Palmeira y Ribeira) y representantes de las fuerzas del orden y de Gardacostas. Lo más destacado del encuentro fueron las alusiones hechas por los patrones mayores al destino que tiene el bivalvo, en alusión a depuradoras de la zona que lo recogen para lucrarse con este producto.

Los máximos responsables de los pósitos denunciaron tramas perfectamente organizadas en las que figuran grupos organizados de furtivos que se ayudan entre ellos para obtener un mayor botín. También solicitaron ayuda a las fuerzas del orden para desmontar el resto de la cadena, en la que, además de las depuradoras, figuran restaurantes y otros negocios hosteleros. Los patrones mayores tampoco tuvieron reparos a la hora de acusar a algunos asociados de los pósitos mencionados de ir a las playas para mariscar legalmente por el día y regresar por las noches para llevarse un sobresueldo.

Coordinación de efectivos

Uno de los debates que se abrió entre los asistentes, sobre todo entre los representantes de Gardacostas y los guardapescas de las cofradías, es que la coordinación de la lucha contra esta lacra tiene que ser responsabilidad de los cuerpos de seguridad estatales, como la Policía Autonómica y Nacional, y la Guardia Civil. En algunas de las intervenciones se recordó que el furtivismo está considerado, desde el 1 de julio, un delito penal, y que por eso tienen que ser estos cuerpos los que asuman la coordinación.

El presidente de la Federación Galega de Confrarías, Tomás Fajardo, que organizó este encuentro y otros también relacionados con el furtivismo que tendrán lugar en el resto de la costa gallega este mes, valoró muy positivamente la reunión, aunque también explicó que las conclusiones que se han obtenido son provisionales, y que hasta que finalicen el resto de reuniones no se harán públicas las valoraciones definitivas, que retratarán la casuística del furtivismo con una perspectiva global de todo el litoral gallego.

Varios negocios de Barbanza están denunciados por lucrarse con bivalvo extraído ilegalmente

La caja de truenos abierta ayer por los patrones mayores de Arousa norte en su intento por desmontar las tramas organizadas que se enriquecen con el furtivismo no resulta nueva. Más bien todo lo contrario. Basta con echar la vista atrás y recordar como la Policía Autonómica emprendió acciones legales contra varias depuradoras de Boiro por comprar marisco extraído por furtivos para comercializarlo. Estas investigaciones están ya judicializadas en las sedes de Ribeira y Santiago.

La primera actuación de calado llegó en abril del 2013, cuando agentes de la Policía Autonómica desmontaron una depuradora ilegal que operaba desde el garaje de una casa de Cabo de Cruz. Este dispositivo dio pie a la Xunta a reconocer, a los pocos días, que había otros casos que salpicaban el grueso del litoral gallego. Semanas después, en mayo, se inspeccionaron dos negocios en Cabo que, presuntamente, vendían almeja portuguesa como si fuese gallega. Esta investigación policial afectó a otras zonas de Galicia como O Salnés y Poio.

En el 2014, y tras meses de seguimientos y acumulación de pruebas, se denunció a varias depuradoras, también en Boiro, que, según parece, compraban marisco a los furtivos y lo blanqueaban con el obtenido por los cauces legales. Además, manipularían los libros de ventas (llegaban a usar típex, dijo la Policía) para elevar el fraude, según las mismas fuentes, a mil kilos de marisco al mes. La ganancia de cada empresa implicada en la trama podía alcanzar una media de 10.000 euros a la semana.