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La luz del sol permite predecir cuándo habrá semilla de mejillón y cuánta

espe abuín REDACCIÓN / LA VOZ

SOMOS MAR

MARTINA MISER

El hallazgo de los científicos del CSIC posibilita mejorar las técnicas de captación de cría

29 jul 2016 . Actualizado a las 13:31 h.

Científicos gallegos del CSIC han encontrado en la luz del sol su oráculo. Tras años de estudio y observación en la ría de Ares-Betanzos, han logrado dar con el parámetro clave para poder avanzar, hasta con mes y medio de antelación, cuándo va a ser la época de captación de cría. Ese factor no es otro que la luz solar. Y, si se combina con el aporte de los ríos entre los 15 y 45 días previos al mes que se desea predecir, se puede determinar incluso la intensidad del asentamiento larvario; esto es, la cantidad de semilla que se fijará.

El hallazgo, que ha sido publicado en la revista Scientific Reports, del grupo Nature, supone un gran avance para el cultivo, dado que permitirá mejorar las estrategias de captación de semilla en las rías, al hacer posible que los productores conozcan con antelación cuándo hay que poner las cuerdas colectoras. Si eso, además, se complementa con lo ya descubierto en estudios anteriores, que han conseguido determinar en qué zonas hay más semilla, más fácil será para los mejilloneros conseguir esos 4.700 millones de individuos (7.000 toneladas de semilla de mejillón de entre 15 y 25 milímetros) que se necesitan para mantener el cultivo. Cría que actualmente se obtiene tanto de las rocas como de los sistemas de captación que emplean los productores. 

De períodos cortos y largos

Uxío Labarta, firmante del estudio con Isabel Fuentes-Santos, Xosé Antón Álvarez-Salgado y María José Fernández Reiriz, explica que en el caso de las rías gallegas el período de asentamiento abarca de mediados de primavera a principios de otoño. Hilando más fino, los científicos dieron con que había años de ciclo largo, en los que la fijación se extendía de abril a octubre y otros en los que ese período no arrancaba hasta junio. Ahora, tras este trabajo, se conoce que es la radiación solar lo que determina el inicio y el fin de la fase de captación. Así, «el momento en que el nivel empieza a superar el umbral de once megajulios determina el inicio del asentamiento», explica Labarta.

Se supone que es por su influencia sobre la temperatura del agua de mar y la disponibilidad de nutrientes, o al menos esa es la hipótesis que llevó a los científicos a seleccionar este parámetro para tratar de explicar el comportamiento de las larvas de mejillón, su producción, desarrollo y fijación. En definitiva, que a los mejillones les gustan esos días fríos de invierno en los que luce un sol radiante. Si en febrero abundan jornadas como esas, el inicio del asentamiento larvario del mejillón se produciría en abril. Si por el contrario, la radiación solar al final del invierno es baja, no habrá captación de cría hasta junio.

Ni que decir tiene que Labarta y el resto del Laboratorio de Ecología y Cultivo de Mejillón, así como el de Geoquímica Marina del CSIC están satisfechos con un «traballo notable» que han desarrollado en colaboración con la empresa Proínsa y la Xunta, aunque esta se apeó del proyecto en el 2011.