Patrocinado porPatrocinado por

El pescadero da el salto a la Red

espe abuín REDACCIÓN / LA VOZ

PESCA Y MARISQUEO

Jose Manuel Casal

La venta de productos marinos disminuye en todos los canales menos en Internet, donde repunta un 3,2 %

26 dic 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Aunque hace tiempo que el pescado ha dado el salto a la otra Red, su compra por Internet se sigue moviendo en cifras anecdóticas. No está tan habituado el consumidor a encargar una merluza o un kilo de jurel a golpe de clic como a pulsar el botón del ratón para hacerse con un jersey, o con un perfume, con una entrada de cine o mismo con una cena en un restaurante a base de pescado. De hecho, el comercio electrónico es el último canal en importancia en las transacciones de pescado. Del millón de toneladas consumidas en los hogares españoles el año pasado -1.155.167,99 kilos para ser más precisos-, apenas seis se vendieron a través de la web -5.776 kilos-. Un nimio 0,5 % del total, por debajo incluso del 0,8 % de las compras globales de alimentación.

Pero tras esa insignificancia se oculta un dato importante. Y es que, según el último informe del consumo de alimentación en España, con datos del 2015, el denominado e-commerce fue el único canal en el que crecieron las transacciones, un 3,2 %. En un contexto negativo, en el que el consumo de pescado descendió un 2,4 % respecto al año anterior, también dispensaron menos producto marino supermercados y autoservicios (-0,3 %), las pescaderías y tiendas tradicionales (-6,9 %), los hipermercados (-12,1 %) y otros canales como pueden ser los economatos, las cooperativas, la venta a domicilio, los mercadillos, o las compras directas al productor (-1,4 %).

En ese panorama, el 3,2 % que aumentaron las ventas de pescado por Internet constituye un oasis en la negatividad, una isla que la Red comparte con la tienda de descuento, que acapara un incremento aún mayor. 

La iniciativa

Ese detalle del despunte del comercio electrónico de los productos marinos no se les ha escapado a los pescaderos, al menos a los de la Comunidad de Madrid, que se han percatado de la afición al comercio electrónico que están adquiriendo los consumidores en general e incluso alguno de sus clientes en particular.

Lo ha admitido la asociación en la que se agrupan, Adepesca (Asociación de Empresarios Detallistas de Pescados y Productos Congelados de la Comunidad de Madrid). La organización ha venido observando desde hace tiempo que los consumidores se están adaptando progresivamente al mundo digital y, por tanto, también su demanda a la hora de comprar, así que las pescaderías de toda la vida, «especialistas en su trabajo, deben adaptar su oferta a esta nueva generación de consumidores».

Claro que, por sus características, al comercio minorista especializado en productos marinos le resulta complicado dar ese salto digital en solitario. Es difícil que un pescadero pueda disponer de un portal de venta propio a través de Internet. Pero si ese salto se hace con red, con la trama que componen las más del millar de pescaderías que existen en la capital y sus alrededores, la cosa cambia.

Eso es lo que les ha puesto en bandeja con la campaña Tu pescado a un clic, lanzada por Adepesca y apoyada por el Ayuntamiento de Madrid, para que las pescaderías de toda la vida puedan superar sus escollos de serie y vender en Internet agrupadas en portales que reúnen comercios tradicionales especializados. 

En plataformas

Así, esta campaña pretende impulsar la penetración del comercio electrónico entre los minoristas de pescado para que estas empresas puedan posicionarse en Internet y ser mas competitivas a través de plataformas como Mercado 47 o La cesta del mercado.

Adepesca cree que es necesario mostrar un espíritu innovador y ha recorrido varios comercios asociados para que representen en Internet a la pescadería especializada, al tiempo que aumentan la actividad comercial de estos establecimientos.

El perfil del comprador analógico de proteínas marinas

Por más que esté ganando terreno, el comprador digital de pescado está todavía a gran distancia del tradicional, del analógico, del que para proveerse de proteínas marinas coge el cesto o el carro de la compra y no el ratón del ordenador. Sigue imperando el tradicional, el que o bien va al supermercado o a su pescadería de siempre. Ahora bien, entre los ancestrales no hay un único patrón. Hay perfiles bien definidos. Por ejemplo, un 45 % de ese millón de toneladas de pescado consumidas en los hogares el año pasado se compraron en fresco. Y un tercio llegó a las mesas de hogares en el que viven personas jubiladas. Además, un 16 % lo consumieron padres con hijos mayores o parejas adultas sin hijos. Mientras, los jóvenes emancipados apenas compraron el 1,6 % del total de pescado fresco. Otro aspecto que constata el informe es que en su mayor parte se trata de hogares acomodados y en los que la persona que se encarga de la compra tiene más de 50 años y generalmente no está en activo. Galicia, Castilla y León, Cantabria y el País Vasco son los más adeptos al pescado fresco. 

Congelados, para jóvenes

Al congelado -cuyo consumo cayó aún en mayor medida que el fresco (-6,4 %)- recurren los hogares con hijos entre 6 y 15 años, los integrados por más de cuatro personas y su responsable de compras supera el medio siglo de vida. Una tendencia contraria a la que muestra el pescado en su presentación tradicional es la que siguen las conservas. En los hogares españoles se consumieron un 1,8 % más de latas. Nuevamente son los jubilados los principales impulsores de su consumo, al igual que las familias con hijos medianos. Y aunque no constituyen un porcentaje significativo en el cómputo global, los jóvenes independientes sí que han tirado hacia arriba del consumo per cápita que el año pasado tuvieron las conservas de pescado.