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Desarticulan una red internacional de tráfico de angulas a China

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

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GUARDIA CIVIL

El golpe, coordinado por Europol y Eurojust, culminó con 17 detenidos en España y Grecia

09 mar 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Se capturaban en España, se blanqueaban en Grecia, se enviaban a Hong Kong y se consumían en China. Esos eran los puntos clave de una red internacional dedicada al tráfico y comercio ilegal de angulas vivas, un entramado que Europol y Eurojust acaban de desmantelar tras detener a 17 personas, 8 en España y 9 en Grecia, además de decomisar unas dos toneladas de alevines de anguila -valoradas en dos millones de euros-, un millón de euros en metálico y dispositivos de almacenamiento de datos, documentos, coches de lujo y lingotes de oro.

En España, los apresamientos se hicieron en Tarragona, Sevilla y Valencia. Dos de los arrestados son ciudadanos chinos vinculados a la trama como encargados del sistema de pago, el conocido como Awala o Fei-chien, con el que evitaban transferencias internacionales, el abono de comisiones bancarias y el control fiscal y financiero de las autoridades. El golpe viene a concluir la operación Abaia, iniciada en junio por el Seprona de la Guardia Civil cuando supo que una empresa de Tarragona podría estar exportando crías de anguila de forma ilegal. Una sospecha que ya venía alentada por los antecedentes, dado que esa firma, autorizada al comercio de angula, ya había sido investigada por lo mismo en el 2012 en el marco de la operación Suculenta. Solo que cinco años después, había incorporado otros países de la UE para evitar que la parte ilícita de su actividad fuese detectada.

Procedimiento

Con los datos que reunió, la Guardia Civil acudió a una reunión en la sede de Europol para pactar una estrategia que revelase la trama y después desmantelar la red. Así descubrieron que la empresa española compraba angulas capturadas tanto legal como ilegalmente a pescadores de Andalucía, Valencia, en la zona del Ebro y también a ciudadanos portugueses, franceses e italianos. Una vez que reunían entre 800 kilos y una tonelada, las hacían llegar a Grecia y, desde allí, ocultando su contenido, la mercancía se enviaba a Hong Kong, para después ser comercializada en China.

El viaje se hacía en varias etapas. Primero salía un camión desde Tarragona hasta el puerto de Barcelona, donde embarcaba en un ferri hasta Italia. Tras cruzar por carretera el país, las angulas -siempre vivas- se volvían a introducir en un ferri hasta las costas griegas, donde eran depositadas en viveros próximos al aeropuerto de Atenas. Tras permanecer allí unos días, fundamental para reducir el estrés de los ejemplares, se mandaban en avión hasta Hong Kong, ya fuese falseando la especie que se exportaba u ocultando la naturaleza de la mercancía.

Empresas pantalla

La investigación reveló también que la firma había tejido un entramado de empresas pantalla, asociada con conocidos empresarios griegos, para eludir su responsabilidad penal. Calculan que los beneficios, según el escalón de la organización, iban desde los 180 a los 1.500 euros el kilo. Pero sin duda el gran negocio estaba en Hong Kong. Allí, los integrantes de la trama podían obtener unos 7.000 euros por kilo.