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Rosa Quintana insiste en que la ley de acuicultura nunca verá la luz si no hay consenso con el sector

Domingos Sampedro
d. sampedro SANTIAGO / LA VOZ

SOMOS MAR

Lavandeira jr | Efe

La oposición puso de relieve que la Xunta intentaba recuperar un proyecto paralizado por las protestas del sector pesquero, algo que la conselleira negó taxativamente

22 mar 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El espectro del borrador de la ley de acuicultura de Galicia volvió a pasearse ayer por el Parlamento gallego, en el transcurso de una comparecencia de la conselleira de Mar, Rosa Quintana, concebida para explicar el plan de trabajo de su departamento para lo que resta de legislatura. La oposición puso de relieve que la Xunta intentaba recuperar un proyecto, paralizado por las protestas del sector pesquero, algo que Quintana negó taxativamente y dijo que ninguna ley de acuicultura «verá a luz sen consenso».

La conselleira deslizó que la oposición intentó instrumentalizar el descontento del sector con el borrador, alentando una manifestación en febrero del 2016 «cando xa se sabía que non se ía a facer». Los grupos de la oposición interpretan que la Xunta replegó velas y enterró el proyecto precisamente por esto, por la contestación del sector, mientras que Quintana replicó: «Para que algo morra ten que ter nacido».

Pero en el ala izquierda del hemiciclo no se fían. La socialista Loli Toja, tras recordar la «abrumadora» derrota sufrida por Feijoo y Quintana en la acuicultura, remarcó que «agora queren volver implantar sen renunciar ás ideas orixinais».

Toja, al igual que Carmen Santos (En Marea) y Montse Prado (BNG) rechazaron cualquier intento de favorecer el asentamiento de multinacionales en las rías gallegas, mediante el régimen de concesiones, y demandaron más atención para la pesca artesanal frente a la de carácter industrial.

«Non temos nada amañado coas multinacionais», se defendió enérgicamente la conselleira de Mar, quien adujo que las bateas que han cambiado de manos no fueron a parar a grandes corporaciones, sino a otros pequeños productores mejilloneros. A modo de indicación, dijo que en el año 2015 se vendieron 500 bateas. Pero no acabaron en manos de multinaciones. E insistió: «O mar está en mans privadas, mediante concesións, pero en mans de Pepe, de Manuel, de Juana» y de muchos otros pequeños productores, dijo.

Durante su comparecencia, Quintana también se detuvo de forma muy puntual en los efectos que puede tener para Galicia la salida del Reino Unido de la UE. Frente a una oposición que trasladó su inquietud por los perjuicios que puede tener para la comunidad, Quintana defendió que Galicia fue, junto a la Bretaña francesa, la única región europea en evaluar el impacto para convertir las amenazas en oportunidades para el sector.