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Los tres fallecidos en el «Nuevo Marcos»

La Voz

SOMOS MAR

Ramón Leiro

Jesús Ligero, Florentino Carballa y Francisco Castiñeiras perdieron la vida en la ría de Pontevedra

27 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

 Jesús Ligero, «Suso»

Curtido en alta mar y próximo a jubilarse. Jesús Ligero era un lobo de mar. Tuvo barco propio -incluso fue patrón mayor de Pontevedra-, se marchó a la pesca del atún en alta mar, donde sufrió un accidente que le provocó quemaduras en el cuerpo. Hace un tiempo se enroló como marinero en el Nuevo Marcos, donde también trabajaba su hijo Adrián. Lo hizo, al parecer, para estar más cerca de la familia, ahora que enfilaba la recta de la jubilación. Tenía 56 años y unas ganas enormes de disfrutar, sobre todo, de los juegos con su nieta, cosa para la que nunca le faltaba tiempo. «Le encantaba estar con ella», decían ayer. Deja tres hijos.

Francisco Castiñeiras, «Pacón»

Con la pesca en la sangre y armador. Aprendió a navegar antes que a andar, dicen quienes le conocían; es decir, todo Campelo. Pacón, de 37 años, era hijo de marinero y en casa sabían bien lo que era el mar y las desgracias que trae. Aunque sufrió varios percances con otros pesqueros como el Aquí está, el anterior barco de la familia, y el Novo Marcos, ninguno se había cobrado vidas. Hasta ayer. Se llevó la suya y la de dos veteranos marineros.

 Florentino Carballa, «Coco»

Padre de cinco hijos y «moi bo veciño». Florentino Carballa, Coco, de 56 años, había trabajado hace tiempo en el mar. Después lo hizo en una depuradora de Raxó, en Poio, y al fallar el trabajo en tierra, se volvió a enrolar. Lo contaba el pequeño de sus cinco hijos, que esperaba junto a su hogar a que llegase su hermano Carlos, superviviente del naufragio, y su madre, Rosario, que estaba en el hospital cuando se enteró de la tragedia. La mujer estaba cuidando a una nieta de ella y del fallecido. La niña ocupaba los desvelos de Florentino, al que quienes viven puerta con puerta con él definen como «moi bo veciño».