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La UE se resiste a aumentar la malla de la red de arrastre como quería Bruselas

Cristina Porteiro
cristina porteiro BRUSELAS / LA VOZ

SOMOS MAR

Archivo José Pino

Los Veintiocho pretenden adaptar las características de los aparejos a cada caladero

11 may 2017 . Actualizado a las 07:25 h.

Ni arrastre, ni palangre ni xeito. Los 28 Estados miembros no quieren dejar en manos de Bruselas la regulación de las medidas técnicas para las artes de pesca. Los ministros de Agricultura y Pesca se reúnen hoy en la capital comunitaria para acordar una postura común en torno a su reglamento. La consigna es clara: evitar problemas al sector adaptando las prohibiciones y restricciones a las especificidades de cada pesquería. 

¿Qué se propone la UE?

Los 28 quieren unificar bajo una misma ordenanza todas las normas que regulan dónde y cómo pueden faenar los pescadores. Estará enfocada al mantenimiento de un volumen de capturas compatible con el rendimiento máximo sostenible (RMS) y con la prohibición de los descartes que introdujo la nueva política común de pesca (PCP. La mejora en la selectividad de las artes de pesca es otro de los objetivos que persigue la normativa. 

¿Cómo afectan las medidas técnicas a la pesca? 

Las normas técnicas regulan todo el espectro de la actividad pesquera. Desde el funcionamiento de las artes de pesca, a las medidas y el diseño de los aparejos que se utilizan cuando se sale a faenar, los tamaños mínimos de las capturas o cuándo y dónde extender una zona de veda para proteger ciertas especies.  

¿Qué cambios plantea la propuesta del Consejo? 

En la práctica, nada. Fuentes diplomáticas aclaran que, ante la complejidad y la heterogeneidad de la actividad pesquera en las diferentes áreas geográficas de la UE, lo mejor es unificar todo el acervo normativo y «mantener el estatus quo». La única diferencia es que las decisiones sobre medidas técnicas que afecten a artes de pesca se tomarán a nivel de grupos regionales de los Estados miembros. La decisión ha echado por tierra el intento de Bruselas de ampliar el ancho de malla al arrastre y blinda a otras artes de pesca, como el xeito o las nasas.  

¿Significa que se levantan restricciones actuales? 

No, en absoluto. Las restricciones impuestas a artes como las redes de enmalle a la deriva (longitud máxima de 2,5 kilómetros), que no se pueden utilizar sobre especies altamente migratorias ni a más profundidad de 800 metros seguirán vigentes. La prohibición total de su uso dependerá de lo que acuerden los consejos regionales en función del medio en el que se utilicen y del impacto que produzcan en los caladeros. 

¿En qué consiste la regionalización?

En adaptar las mejoras técnicas a las especificidades de cada zona de pesca, en lugar de extender prohibiciones de forma indiscriminada a todo el sector en la UE. «Las normas de arrastre en el Mediterráneo tendrían que ser diferentes a las del Atlántico», sostiene una fuente diplomática y explica que allí el arrastre es más familiar, mientras que en buena parte del Atlántico se asocia a la actividad de grandes buques. 

¿Cuáles son los siguientes pasos? 

Al reglamento aún le queda camino por recorrer. Los ministros de Pesca acuerdan hoy su posición, pero tendrán que esperar a octubre para conocer cuál será la postura de la Eurocámara. Después comenzarán los tediosos trílogos entre las instituciones para alcanzar un acuerdo «antes del brexit». La UE quiere dejar listo un soporte legislativo al que el Gobierno británico pueda asirse una vez que se vean fuera del club. Más certidumbre, a fin de cuentas.