«El Parlamento Europeo se hizo con nuestra piedra»

Laura Míguez Rúa
L. Míguez VIGO / LA VOZ

MERCADOS

Dos canteras, en Madrid y en O Porriño, suministran los más de 14.000 metros cúbicos de material que mueve la empresa, propiedad de un grupo de socios que confía en esta directiva para capear una crisis que le ha afectado especialmente. El parón en la construcción y los cambios en los mercados han reducido el negocio, pero la previsión es empezar poco a poco la recuperación

09 nov 2016 . Actualizado a las 10:19 h.

Hablar de crisis es hablar de construcción. Y centrarse en las grúas paradas es hacerlo en sus materiales. Mónica Rodríguez (Vigo, 1969) sabe muy bien lo que es gestionar una empresa de un sector que ha sufrido especialmente la situación económica actual porque le ha tocado vivirlo al frente de Blockdegal, firma granitera con canteras en O Porriño y Madrid que fue fundada en 1979.

-Una directora general en un sector sobre todo masculino.

-En realidad mi formación es en Derecho. La empresa es de un grupo de socios entre los que estaba mi padre, que trabajó aquí 35 años. Cuando llegó el momento me planteé una serie de opciones y elegí esta. Es un trabajo muy exigente con mucha responsabilidad y tienes que viajar, pero es un poco mía y creo que eso influye para que te impliques y te guste. En total somos ocho socios y yo soy la administradora única. Es un sector en el que no hay muchas mujeres, la verdad, pero creo que vamos llegando poco a poco.

-¿Qué producción tienen?

-Rondamos los 14.500 metros cúbicos. Tenemos dos canteras, una en O Porriño, de las mayores, situada junto a la autopista, otra de granito blanco Rafaela, en Madrid, en El Escorial, con una producción más pequeña.

-¿El mercado es mayoritario nacional o internacional?

-La situación evoluciona con el tiempo. El granito rosa Porriño por ejemplo ahora no se lleva tanto aquí. En los 80 no había transformación y en el pasado todo se mandaba a los países con tradición en el sector. Desde los 90 se empezaron a crear muchas fábricas y ahora ya la mayoría se transforma aquí. Antes de la crisis el mercado interno estaba muy bien pero ahora se compra también mucho de otros países para elaborar aquí. Esperamos que en 2 o 3 años el 50 % de la producción se quede aquí.

-La crisis se ha notado especialmente en las firmas vinculadas a la construcción.

-Sobre todo porque la gente lo primero que evita es comprarse una casa. Así que es el último sector en recuperarse. Las empresas hicieron un esfuerzo y buscaron mercados diferentes, pero muchas no han sobrevivido.

-¿Qué ventajas tiene el granito de O Porriño?

-Es un gran material aunque no esté de moda. Es muy uniforme y muy resistente, no sabrías distinguir de qué zona fue cogido. Es fácil trabajar con él. En ocasiones ves una pieza de otro que te parece muy bonita pero si es para una gran superficie puede cambiar mucho de tonalidad y quedar feo. Las nuestras son canteras con tecnología punta, pegadas al puerto. La verdad es que se ha notado mucho bajón, en diez años se vende menos de la mitad. El de Madrid es un material diferente, es una producción más pequeña y está muy bien para detalles. Ambos hay que saber usarlos en el sitio correcto.

-¿En qué obras podemos ver su granito?

-El Parlamento Europeo se hizo con nuestra piedra y hay muchos más. También hay edificios en Tokio, por ejemplo. Con el blanco de Madrid se construyó el Instituto Ferial de Vigo (Ifevi) y la escultura de la plaza de América, en Vigo, es nuestra, porque colaboramos con Silverio Rivas y también otros escultores.

La directiva Mónica Rodríguez, en la cantera que tiene Blockdegal en el concello de O Porriño. | M.Moralejo

«La bonanza que vivió España entre los años 2005 y 2007 no regresará, fue un espejismo»

Aunque en las fotos de responsables del sector no es habitual ver rostros femeninos, Mónica Rodríguez asegura que nunca se ha sentido excluida. «En muchas ocasiones he sido la única mujer en una reunión, pero da igual, cuando negocias, negocias. Creo que aportamos cosas nuevas y nos complementamos, una visión distinta que es enriquecedora», explica esta directiva. Tiene claro que lo importante es el esfuerzo y asegura que a la hora de ponerse a trabajar no hay diferencias de género, solo trabajo.

-Galicia es una gran productora de granito en España pero ¿sabemos colocarlo y usarlo bien?

-En general se hace bien, pero hay ocasiones en las que se cometen errores. Han pasado casos de obras públicas que está bien colocado pero no hubo buena prescripción. Por ejemplo, no se puede elegir un mármol blando para un aeropuerto o para un exterior de un edificio en Alemania, porque le entrará agua, con el frío se congelará y se romperá. Podríamos decir que se coloca bien pero no siempre se elige de forma correcta.

-¿Cuántos empleados tienen?

-Ahora mismo somos 23 personas trabajando en Blockdegal pero llegamos a tener 70 empleados en los buenos tiempos del sector de la construcción.

-¿Volverán?

-Sin duda se va a reactivar, pero creo que la bonanza que vivió España entre los años 2005 y 2007 no regresará, fue un espejismo. Esos tres años fueron de crecimiento de la construcción a unas cifras difíciles de regresar. Aún así, esperamos que en unos años se haya reactivado el consumo interno. Sin duda, lo peor de la crisis económica ya ha pasado hoy en día. La impresión que tengo es que esto se empieza a mover.

-¿Qué planes tienen?

-Tras realizar los ajustes necesarios y pasar lo peor de la crisis, creo que ahora toca seguir buscando mercados nuevos para poder crecer. Esperamos en cuatro o cinco años recuperar poco a poco parte de los antiguos niveles de producción y de plantilla. Hay que explorar nuevos mercados, abrirlos y también mantener los que tienes. Eso implica viajar mucho. También distribuimos granito indio y brasileño, aunque no son cifras relevantes.

viguesa de tercera generación

«Soy una de las pocas viguesas que no tiene aldea en ningún sitio. Mis tatarabuelos se mudaron a Vigo y aquí se quedó la familia; mi padre es de la zona de San Pedro y mi madre de San Roque», explica entre risas esta directiva, viajera incansable. Entre sus destinos se declara fan de Italia, adonde acude por trabajo y también por placer. «Fui con mis tres sobrinos a un hotel con playa y lo pasamos genial, los mimo mucho. Ya sabes lo que dicen, a quien Dios no le da hijos, el diablo le da sobrinos», asegura feliz. La costa italiana no es la única de la que disfruta, puesto que asegura ser una enamorada del mar y de la playa. «Me encanta ir a las playas viguesas de la Sirenita o el Vao, voy siempre que puedo y me hace muy feliz». Si se trata de cruzar fronteras, Mónica tiene claro también su lugar favorito: Nueva Zelanda. Allí estuvo en el 2008 visitando a una prima y le pareció un paraíso. «Es maravilloso, no notas el estrés y es precioso, con una calidad de vida altísima», confiesa.

Me encanta ira a las playas viguesas de la Sirenita o el Vao, voy siempre que puedo y me hace muy feliz...»