Los yogures artesanos que arrasan en tiendas gourmet

Javier Benito
Javier Benito LALÍN / LA VOZ

MERCADOS

La empresa lalinense Kalekói nacía hace poco más de un año y ya ha conseguido hacerse hueco en el mercado con un producto que busca también innovar

05 mar 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Deza presume de contar con una de las cabañas ganaderas más importantes de Galicia. Con una significativa producción láctea, la inmensa mayoría de productores opta por su venta a las grandes marcas. A las escasas iniciativas para su transformación más allá de algunas queserías se unía en diciembre del 2015 una innovadora firma en Lalín. Nacía Kalekói en una apuesta de Susana Aguiar y Álex Moure por valorizar la excelente materia existente. Una aventura aún en sus primeros pasos pero que encontró tanto el respaldo del consumidor para sus yogures artesanos y leche fresca como el reconocimiento empresarial, a través de sendos galardones, tanto de la patronal dezana como de la Asociación de Jóvenes Empresarios de Galicia.

Encontrar un hueco en un mercado ya copado de todo tipo de yogures, sabores y combinaciones con otros ingredientes siempre resulta complicado. Pero Kalekói comenzó la casa por los cimientos, con una distribución propia y un radio de acción pequeño para testar la aceptación del consumidor. Y encontraron un respaldo de los clientes que adquirían sus yogures en pequeñas tiendas de barrio, de productos gourmet, o en la restauración. Si Lalín fue el principal y casi único destino inicial de sus productos, desde el pasado verano ya se encuentran en numerosas ciudades y localidades de toda Galicia, desde Ourense a Sanxenxo, Pontevedra, Santiago o A Coruña, por citar algunos ejemplos.

Kalekói emplea como materia prima la producción de la ganadería de los padres de Susana Aguiar en Rodeiro. Comercializa tanto la leche en fresco como el producto transformado en yogur. Y en este caso con una constante evolución, testando el gusto del consumidor y adaptándose a sus demandas. En esa línea se fue incorporando nueva maquinaria a la empresa con el fin de mejorar la estandarización de los productos.

Ampliar la vida de los yogures sin que pierdan calidad fue otra de las líneas de trabajo. «Comenzamos con quince días pero eso casi no te permite salir de casa, de tu entorno más cercano para comercializar, y al buscar más mercados tienes que aumentar el período de caducidad; hicimos pruebas y el natural se puede comer tras 23 días de su elaboración», apuntan Susana y Álex. Incluso en su casa comprobaron que el sabor se mantenía bastante después de la fecha de caducidad. Pero también influye la conservación por parte del comprador a una temperatura por debajo de seis grados, al elaborarse los yogures con leche pasteurizada, «un producto vivo».

Presencia en restaurantes con estrella Michelín y promoción en ferias de A Coruña y Madrid

Restauradores de prestigio como Pepe Solla o Pepe Vieira emplean en algunos de sus platos los yogures de Kalekói. Numerosos restaurantes de primer nivel en Galicia, varios con estrella Michelín, encontraron posibilidades en estos yogures artesanos. «Estamos en O Culler de Pau, Eirado da Leña o A Tabera de Ourense, por citar algunos, pero nuestra filosofía es ir poco a poco y también estamos en otros establecimientos de una cocina no tan chip, pero donde les gusta la materia primera porque es un postre suave y ligero, distinto», recalcan desde la firma lalinense.

En esa línea de consolidarse y crecer pese a su corta vida como empresa, Kalekói acaba de estar en la Feira do Cocido de Lalín y su próxima cita será en A Coruña, en el Fórum Gastronómico. También marcaron ya en el calendario el Salón de Gourmets en Madrid. Y es que ya incluso fuera de España encontraron clientela interesada en sus yogures artesanos.

Cuentan con una gama de yogures naturales azucarados y normales, así como de fresa y de manzana. Además, tienen otra denominada tentaciones, con mermelada de arándanos y frutos del bosque, así como de otros productos que varían cada cierto tiempo en función de la temporada, desde castaña a kiwi, frambuesa o miel. Todo de productores gallegos. Pero también buscan innovar y en Navidad sacaron trescientos paquetes especiales, incluido un yogur con virutas de oro. Y para la reciente Feira do Cocido se atrevieron con otro con grelos.