Las tres «erres»

José Francisco Armesto ECONOMISTA Y MIEMBRO DEL FORO ECONÓMICO DE GALICIA (FEG)

MERCADOS

16 abr 2017 . Actualizado a las 12:57 h.

Definir los retos a los que se enfrentan los autónomos y qué medidas son necesarias para afrontarlos no es tarea fácil, máxime cuando las respuestas parten de trabajadores por cuenta ajena. El pasado domingo M. Beramendi escribía que «nos preocupamos mucho del final sin advertir que, en ocasiones, las cosas terminan justo al principio», y aunque parezca sorprendente, esto es lo que está sucediendo con la tan esperada reforma del trabajo autónomo. Es justo destacar que en los últimos años se han aprobado importantes medidas de apoyo al emprendimiento y a la mejora de las condiciones laborales de los autónomos. Sin embargo, no se han abordado de manera global y en la práctica algunas no tuvieron el impacto deseado o han sido meros parches. Cuando todo parecía indicar que la ley de reformas urgentes del trabajo autónomo iba a ser aprobada, el trámite parlamentario no solo ralentizará su aprobación sino que también recortará el alcance previsto inicialmente. ¿Por qué? Considero que no se han centrado lo suficiente en el origen, que es donde enmarco las tres «erres», todas ellas interrelacionadas. Es fundamental una reflexión serena y profunda sobre las necesidades específicas y la importancia de un colectivo que representa en Galicia el 23 % de las afiliaciones. Su representatividad en las mesas de diálogo social es la segunda. Es cierto que no están tan bien estructurados como otros agentes sociales, pero no menos cierto es que hay que encontrar cauces de participación directa. Sobre todo cuando se está abordando el impacto en el mercado laboral de la conocida industria 4.0. La tercera es el reconocimiento a su labor, empezando por algo tan obvio como su consideración de empresarios. Problemas como la financiación no les son ajenos. Hay otros más específicos o que inciden de forma más acusada como la morosidad, fiscalidad, cotizaciones en función de sus ingresos, apoyo a segundas oportunidades. Por todo ello, reflexión, representatividad y reconocimiento son elementos clave si se quiere que esta ley llegue a buen puerto.