El fundador cree que el camino para la empresa se basa en seguir apostando por la calidad
23 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.Ángel Carro empezó a trabajar con su padre en el negocio de la pastelería con 13 años, cuando hacía el reparto en bicicleta. Sigue al frente de la fábrica de tartas de Portomarín, en plena fase de relevo. El testigo lo tomará su hijo Ángel Carro López.
-¿Qué proyectos tienen para el futuro?
-Nosotros fuimos pioneros en la fabricación de la tarta de Santiago y en la caja con ventana para que se vea el producto. Tenemos una cartera de clientes fijos. Algunos desde hace cuarenta años. De momento estamos cómodos, en una situación estable y no nos planteamos grandes cambios. Los cambios suelen traer complicaciones. No quiero decir que si vienen épocas más difíciles en las ventas no haya que intentar hacer cosas nuevas. Mientras tanto, seguiremos dedicados a lo nuestro.
-¿Venden en hostelería?
-Aproximadamente el 50 % de nuestras ventas son en el canal hostelería. Nos gusta mucho este canal porque el hostelero nos compra cada semana y las tartas las sirven frescas a sus clientes. Eso es lo que queremos, porque prestigia la imagen de nuestro producto.
-¿Van a ampliar las ventas en el exterior?
-Me gusta más España que el exterior. Nosotros no tenemos comerciales. Nunca hemos ido a buscar a nuestros clientes, siempre han sido ellos los que se pusieron en contacto con nosotros.