La mensajería continúa su revolución

Sara Cabrero
Sara Cabrero REDACCIÓN / LA VOZ

MERCADOS

MARTINA MISER

En el 2007 se enviaban de media 17 SMS al mes frente a los 2,4 actuales; la comunicación instantánea, inmersa en un proceso de cambio, ha desbancado a esta forma de relacionarse

23 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Google se ha puesto serio con lo que la propia multinacional llama «la mensajería del futuro». Y para ello ha decidido caminar de la mano de Android, con los que ya ha comenzado a desarrollar Rich Communication Service (RCS), una aplicación de mensajería instantánea que pretende desbancar del mercado al rey WhatsApp.

El gigante de Internet lleva ya varios años peleando a capa y espada para conseguir colar una aplicación con su firma entre las grandes del mercado. Pero WhatsApp es un competidor duro y sus más de 1.200 millones de usuarios activos al mes muy fieles y difíciles de convencer.

WhatsApp, con el apoyo de otros servicios semejantes, ya consiguió desbancar totalmente a los tan asentados SMS estos últimos años. De poco o nada ha servido la apuesta de las telecos en los últimos tiempos por ofrecer paquetes de mensajes gratuitos en sus tarifas.

Cada vez queda menos de la época dorada de los SMS y los últimos datos así lo demuestran. España se ha convertido en el país que más rápido está abandonando el tradicional envío de mensajes cortos, una opción que sigue sobreviviendo en otras regiones del mundo.

Dentro de nuestras fronteras, los usuarios envían ocho veces menos mensajes que hace diez años, cuando cada consumidor remitía de media 17 mensajes de texto al mes, lo que se convertía en 2,5 euros al mes que iban directamente al bolsillo de las operadoras. De hecho, y según los datos de la CNMC, en el año 2007 las compañías ingresaron más de 1.000 millones de euros por el envío de SMS y MMS, una cifra que en el 2015 se redujo a 200 millones. A día de hoy la media de mensajes de texto a los que damos salida es tan solo de 2,4.

Con estos datos no podemos descartar que España consiga convertirse en pionera en el entierro definitivo de este servicio. Tampoco ayudan las ofertas de las operadoras, que en España no han conseguido adaptarse y poner sobre la mesa jugosas propuestas con las que luchar por la supervivencia del SMS.

En el 2011, cuando el sector todavía no había sufrido el mazazo final, las diferencias de SMS enviados al mes diferían, y mucho, en los diferentes países europeos. Mientras la media del Viejo Continente se situaba en 81,2 mensajes por usuario y mes, diez países se quedaban por debajo de los cincuenta, entre los que España, con 11 mensajes al mes por usuario, destacaba sobre el resto.

Nuestro país tenía la cifra más baja, pero también el precio más alto de todo el continente: enviar una de estas comunicaciones dentro de nuestras fronteras suponía estirar el bolsillo un promedio de 0,11 euros, frente a los 0,022 de la media europea.

¿cómo ganan Dinero?

La muerte anunciada de los mensajes de texto por móvil ha supuesto el final de la gallina de los huevos de oro para las operadoras. WhatsApp, Skype, Telegram o Line han copado los teléfonos y, por el camino, le han procurado a los usuarios un importante ahorro económico. Con esta circunstancia chocan las cifras de este tipo de aplicaciones, que siguen siendo muy jugosas desde el punto de vista financiero. La pregunta que salta entonces es evidente: ¿Cómo ganan dinero estas aplicaciones si la mayoría son gratuitas?

Para los gigantes Facebook y Google, que se encuentran detrás de todos estos servicios de mensajería, no es ahí donde habita el negocio. Cuando una de sus aplicaciones entra en nuestro teléfono, estamos aceptando la cesión de nuestros datos a las empresas y a terceros, y ahí es donde verdaderamente se llenan el bolsillo. Las búsquedas que realizamos en Internet, las fotos que compartimos, las webs más visitadas o incluso las horas a las que solemos conectarnos son más importantes de lo que pensamos.

Gracias a todos los datos que reúnen cada día, las webs son capaces de colocarnos publicidad segmentada, acorde a nuestras necesidades y preparada para que caigamos sin remedio. El futuro pasa por trasladar todo esto directamente a los servicios de mensajería. En el horizonte ya se vislumbra la llegada de las compras y los pagos hasta las mismas aplicaciones. O lo que es lo mismo, comprar y pagar sin salir de WhatsApp, de Skype y de sus semejantes. Este sistema de eCommerce que permitirá al usuario realizar todo tipo de acciones con la comodidad que ofrece operar desde la aplicación provocará su despegue definitivo, colocando a estos servicios en el foco de empresas y usuarios. Habrá quien tendrá que apurarse para no ser desbancado. Y es que Amazon puede ver su cuota de mercado muy mermada.

Todavía quedan muchos detalles por depurar, pero todos los signos apuntan a que el futuro convertirá a la mensajería instantánea y sus herederos en una especie de «todo incluido» con el que gestionar cualquier cosa de nuestro día a día. Eso que Google ya ha empezado a llamar «la mensajería del futuro».