El transporte escolar en Galicia, la otra cara del grupo Monbus

Dolores Cela Castro
Dolores Cela LUGO / LA VOZ

MERCADOS

El grupo lucense dispone de una cuota de mercado en esta actividad que se aproxima al 15 %

30 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Más de 95.000 niños de los diferentes niveles educativos utilizan a diario el transporte escolar en Galicia para trasladarse a unos 800 centros, tanto públicos como privados. Están diseñadas del orden de 4.000 rutas. La media de kilómetros que realizan cada día las 309 empresas que efectúan este servicio asciende a unos 100.000 kilómetros diarios. El grupo Monbus, que preside Raúl López, dispone de una cuota de mercado en esta actividad que se aproxima al 15 %. «Me gustaría destacar -señala el empresario- que el transporte escolar solamente está operativo en 176 días, es decir, el 30 % del total». «Resaltaría también que en 30 años, en Galicia el transporte escolar se ha realizado sin incidencias relevantes, lo que es una satisfacción para el sector. Recuerdo que Fraga tenía un lema: ‘Ningún niño sin transporte escolar’. Y somos una comunidad autónoma que, al menos hasta no hace mucho, representábamos el 40 % del transporte escolar de toda España».

La dispersión poblacional y las zonas de montaña implican, según Raúl López, que los buses que se dedican al transporte escolar -en el caso de algunas empresas de forma exclusiva- no se puedan dedicar a otras rutas regulares o de uso especial, que es la denominación que reciben aquellos vehículos que cubren los servicios de las industrias.

Monbus, según su presidente, es de las empresas del sector que se dedican al transporte escolar que tiene un mayor aprovechamiento de sus vehículos, en una actividad en la que está implicada el 90 % de la flota de autobuses de Galicia. «Hay una dispersión tremenda -explica- y muchas empresas dependen en Galicia en exclusiva de esta actividad». López tiene constancia de rutas especialmente complicadas, como una con 20 paradas para recoger a 14 alumnos en la zona de montaña.

Uno de los problemas de esta actividad, que para Monbus representa una mínima parte de la facturación del grupo aunque se considera una prioridad, es la concentración de horarios.

Los servicios tienen que realizarlos en una franja horaria específica tanto por la mañana como por la tarde. «Supone -argumenta el presidente del grupo- un problema a la hora de aprovechar los recursos materiales y humanos. Si hubiera una franja horaria mayor podríamos reducir la flota y la mano de obra, con lo que se abarataría también el servicio». «Lo que se cobra -Galicia dedica anualmente 120 millones de euros a financiar este servicio- no es suficiente para rentabilizar la inversión y pagar al personal. Es un éxito que funcione en estas circunstancias y tan bien», razona.

Rebaja

El empresario lucense confía en que en los próximos años siga funcionando de la misma forma. «En épocas de crisis la facturación se ha visto mermada y todo el mundo se apretó el cinturón, incluido el transporte, que ha tenido una bajada del 7 % y además tenemos sin cobrar las subidas de los IPC». Una de las ventajas que ve López en este escenario es que la Xunta pagó puntualmente «con el margen pequeño que tenemos. Si no fuera por esa puntualidad, muchas empresas entrarían en situaciones irreversibles», concluye.