Infinity, el juego pontevedrés que triunfa en medio mundo

Alfredo López Penide
López Penide PONTEVEDRA / LA VOZ

MERCADOS

Corvus Belli nació en el año 2000 especializada únicamente en miniaturas históricas y de fantasía; en la actualidad, la firma prepara la salida al mercado, prevista en otoño, de su segundo juego,

02 jul 2017 . Actualizado a las 09:41 h.

«¿Se puede vivir de un juego de estrategia con miniaturas?». Esta es quizás la pregunta que más veces han tenido que contestar los pontevedreses que están detrás de Corvus Belli, la empresa asentada en Bueu que triunfa a nivel nacional e internacional con su juego Infinity.

Corría el 2000 cuando Carlos Torres, Fernando Liste y Pilar Ribero, quien posteriormente abandonaría esta aventura y sería sustituida por Begoña Liste, constituyeron una firma especializada en figuras a escala. «Empezaron con miniaturas históricas. Romanos, celtas, cartagineses, íberos... Es un producto que tiene mucho recorrido, pero realmente tiene un mercado reducido», precisa Gutier Lusquiños.

Con el bum de El señor de los anillos, optaron por extender su negocio a unas figuras de mayor tamaño -28 milímetros- y de temática fantástica. Los orcos y elfos de Corvus Belli comenzaron a hacerse un hueco en el mercado hasta el punto de que muchos aficionados, al tiempo que valoraban la alta calidad de las piezas, les comentaban lo interesante que sería que las respaldase un juego de estrategia.

Por aquel entonces el sector de los juegos ambientados en mundos de fantasía estaba saturado, pero no ocurría lo mismo con la ciencia ficción. Había un nicho de mercado y lo supieron aprovechar. El objetivo: un juego con figuras futuristas y, al mismo tiempo, con corte manga.

Con esta idea en la cabeza se pusieron en contacto con dos amigos de la infancia: Gutier Lusquiños y Alberto Abal. La casualidad hizo que ambos estuvieran por entonces dándole vueltas a la posibilidad de sacar un cómic: «Como somos muy aficionados a los tebeos -explica este último- nos dio por ahí. No había un verdadero plan. Nos pusimos a hacer el trabajo previo de un cómic, porque ni siquiera habíamos pensado si lo iba a dibujar yo o íbamos a buscar a alguien que lo hiciera. Habíamos dado los pasos para hacerlo, desarrollamos una buena cantidad de trasfondo que nos iba a servir de cimientos y en esas estábamos cuando Carlos y Fernando contactaron con nosotros».

Fue el germen de Infinity. Poco a poco, asentaron las bases. «Teníamos los cimientos de un cómic, pero aún tuvimos que construir mucho para que fueran los del juego. Estuvimos no solo trabajando con el trasfondo, sino con las reglas durante casi tres años en absoluto secreto», añade Abal. «Nos preguntan ahora cómo pudimos tenerlo oculto tanto tiempo. Pues porque no éramos famosos, así de sencillo».

Las primeras miniaturas de Infinity se dieron a conocer en diciembre del 2005 y hoy en día el juego está presente en veinticinco países, en su mayoría occidentales, caso de Estados Unidos, Reino Unido, Francia y Alemania, pero también Filipinas, Singapur, China continental, Taiwán, Australia, Nueva Zelanda... Durante los siguientes años, Corvus Belli mantuvo tres gamas de figuras, si bien las dos originales fueron desapareciendo de su catálogo.

Meses atrás recuperaron la idea de publicar un cómic ambientado en Infinity y que lleva por título Outrage. «No tiene nada que ver con esas ideas que nosotros planteábamos», indica Alberto Abel. «Disfruté del tebeo como un lector», añade, mientras resalta que están en plena promoción de lo que será su segundo juego, Aristeia, y que verá la luz el próximo otoño. «Es un cambio de paradigma a nivel de juego, porque es un juego de tablero, pero comparten universo».

«No hay ninguna empresa que haga un trabajo de diseño como el que hacemos»

Con 52 trabajadores y una facturación en el 2016 cercana a los tres millones de euros. A nivel de plantilla «somos, seguro, la empresa más grande de España en este mundillo y probablemente estemos, a nivel internacional, en cuarta posición», precisa Gutier Lusquiños.

En Corvus Belli tienen claro que su principal marca es la calidad a todos los niveles. «No es solo la calidad de las propias esculturas o de lo que recibe el cliente, que también porque es la más alta que hay, sino que es a nivel de diseño. Todos los procesos creativos son altísimos. No hay ninguna empresa que haga un trabajo de diseño como el que hacemos», remarca Abal.

Lusquiños incide en que «controlamos todas las fases de generación del producto», mientras que «la mayor parte de la competencia, por lo general, la producción la externalizan». Esto explica también por qué «tenemos una plantilla tan grande».

Proactividad

A esto se suma la implicación que tienen con sus seguidores. No resulta extraño verlos aparecer en torneos que se organizan alrededor de Infinity o contestando directamente a las cuestiones que les plantean por Internet.

Esto se percibe en su filosofía empresarial: «Siempre nos planteamos que éramos un grupo de jugadores que montan una empresa y estamos pensando desde el punto de vista del jugador. Tomamos decisiones, a veces, que desde el punto de vista empresarial no tienen mucho sentido, porque ni son las mejores, ni las más óptimas desde el punto de vista económico, pero sabemos que son las que le van a gustar al jugador».