Argentina: Cien años para pagar deuda

Héctor Estepa. Bogotá

MERCADOS

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El Ejecutivo de Mauricio Macri emite bonos por valor de 2.750 millones de dólares con vencimiento a un siglo. El gasto público aumentó un 19 % y el déficit se sitúa en un 17 %

14 jul 2017 . Actualizado a las 23:23 h.

Las políticas económicas de Mauricio Macri han sido fuente de polémica en Argentina desde su llegada a la Casa Rosada, a finales del 2015. La tensión acumulada estalló hace dos semanas, cuando el Gobierno colocó un inusual bono de 2.750 millones de dólares con un vencimiento a 100 años, el primero en la historia del país, a un interés del 7,92 %.

La emisión fue calificada por los expertos como una inmoralidad en un país que ha estado apartado de los mercados durante 15 años a cuenta del impago de su deuda y es considerado por el Financial Times como «uno de los incumplidores más notorios del mundo».

El ministro de Economía argentino, Luis Caputo, es el principal centro de las críticas. Su papel en la emisión del bono a 100 años será investigado por la Justicia del país. El fiscal federal Juan Pedro Zoni, próximo al kirchnerismo, imputó al líder de las finanzas del país por la emisión de una deuda que implicaría «un perjuicio para las arcas del Estado».

Argumentó su decisión en una denuncia presentada contra Caputo, pero también contra el presidente Macri por parte de dos diputados del opositor Frente Para la Victoria. Adujeron que el interés del bono es altísimo para los estándares globales actuales y creen que será totalmente ruinoso para el país.

«Macri duplicó la deuda en dólares», dijo el ex ministro de Economía kirchnerista, Axel Kicillof. Argentina volvió colocar este tipo de valores a mediados del 2016. Desde entonces, ha emitido deuda por más de 30.000 millones de dólares.

Con el paso de los días, sin embargo, han aparecido voces favorables al movimiento de la Casa Rosada. «No es la primera ni la última vez que se usa el endeudamiento como indicador de confianza», explica a La Voz Oscar Cetrángolo, analista económico de la Universidad de Buenos Aires.

Si el uso de este tipo de instrumentos financieros fue utilizado para evaluar el interés de los mercados en la deuda argentina, la reacción de los inversores fue significativa. Atrajo órdenes por un valor de 9.750 millones de dólares frente a los 2.750 millones finalmente emitidos.

El rendimiento del título (7,92 %) es alto en el contexto financiero si se tiene en cuenta que la tasa de interés nominal promedio de los bonos argentinos a 10 años desde 1993 ha sido de un 12 %, según el diario La Nación. Duele menos también si se tiene en cuenta que el interés promedio del endeudamiento a 30 años del Tesoro de EE. UU. desde 1977 ha sido del 7 %.

Otro posible beneficio será la cantidad a pagar en el siglo XXII, cuando venza el bono. Si la tasa de inflación anual promedio en EE. UU suma en los próximos 100 años la media de los 100 últimos, un 3,27 %, Argentina debería pagar en el 2117 110 millones de dólares, calcula la prensa argentina.

Tanto Macri como Caputo han tomado la decisión de endeudar al país para contrarrestar la inflación propiciada por la impresión de moneda del kirnicherismo destinada a cubrir el déficit, que es el verdadero problema del país.

«Argentina viene de más de una década en la que, a pesar de haber aumentado su recaudación tributaria en un 9 % del PIB, empeoró su resultado fiscal consolidado en el 10 % del PIB. Eso significa un incremento del gasto público cercano al 19% del PIB. El déficit ronda actualmente el 17 % de la riqueza del país, que se venía financiando con emisión monetaria, y la inflación anual había alcanzado el 40 %», señala Cetrángolo.

Las soluciones al déficit pasan por recortes o subidas de impuestos. «La población no tolera las restricciones presupuestarias en el sector público. Los argentinos quieren pagar muy bajos impuestos y recibir grandes transferencias monetarias o en especies desde el Estado. Por eso, el déficit fiscal en Argentina es crónico», reflexiona Jorge Colina, presidente de la consultora Idesa.

Lidl y la modelo Heidi Klum unen fuerzas 

Patricia Baelo 

El pasado 15 de junio la popular cadena alemana de supermercados Lidl inició su proyecto expansivo en Estados Unidos, con la apertura de filiales en los estados de Virginia, Carolina del Norte y Carolina del Sur. En menos de un año, Lidl pretende invadir toda la costa este del país con unos cien hiperdescuentos, y acercarse así a su archirrival, la también cadena alemana Aldi, que está presente en Estados Unidos desde 1976. Para lograr su objetivo, la marca ha anunciado el lanzamiento de una nueva línea de ropa exclusiva de la mano de la modelo y estrella mediática de 44 años Heidi Klum. Ambas partes hablan ya de una colección basada en el concepto de moda sofisticada, apta para todos los bolsillos, y que estará disponible también en Europa.

El fisco luso también investiga a Ronaldo 

Begoña Íñiguez 

La Hacienda portuguesa ha estrechado el cerco sobre los negocios, en el país, del conocido empresario Jorge Mendes, brazo derecho de Cristiano Ronaldo, a quien gestiona su carrera y negocios publicitarios. La noticia ha saltado esta semana en los principales periódicos deportivos de Lisboa y Oporto, y no ha sido desmentida, ni por las Finanças lusas ni por el círculo del empresario. La investigación se centraría, según la prensa portuguesa, en los negocios que ha llevado a cabo Mendes, los últimos tres años, con 13 clubes de fútbol luso, como el Benfica, Oporto y Sporting de Lisboa, y la supuesta creación de sociedades en paraísos fiscales, a los que se mandarían los derechos de imagen de sus jugadores en Portugal.

Una libra más débil que atrae a más turistas 

Rita Álvarez Tudela 

La debilidad de la libra provocó un aumento del número de turistas al Reino Unido en los primeros tres meses del 2017, según la Oficina Nacional de Estadística británica. En total, se registraron 8,3 millones de visitas en el citado trimestre, un aumento de casi el 10 % con respecto al mismo período del 2016, con un gasto de unos 4.400 millones de libras en el país. El número de visitantes estadounidenses fue particularmente significativo. Su número subió un 16 % y hubo un récord de 54.000 visitas de ciudadanos chinos, que gastaron un récord de 91 millones de libras. Al mismo tiempo, la caída de la libra no desalentó a los británicos de viajar. De hecho, hicieron 14,1 millones de viajes al extranjero durante los tres primeros meses del año.