Con el 21%, la brecha salarial alemana, una de las mayores de toda la UE, afecta también a las jubilaciones. En la locomotora europea, las mujeres reciben de media el 47 % de lo que les queda a los hombres. Mientras que el ciudadano del oeste de Alemania se embolsó una pensión de 1.078 euros en el 2016, o 1.171 si vivía en el este, la mujer tuvo que conformarse con 606 y 894 euros, respectivamente. Según el Ministerio de Empleo, la brecha de las jubilaciones se sitúa en el 53 %, y alcanza el 58 % en los estados de la extinta RDA. Un porcentaje que lleva reduciéndose desde 1995 en torno a un 0,8 % anual. «Si el Gobierno no actúa, la discriminación persistirá hasta dentro de unos 65 años», critica la jefa de Los Verdes, Katrin Göring-Eckardt.