Pánico a la escasez de dólares en Bolivia

Héctor Estepa

MERCADOS

Maduro, junto al presidente de Bolivia, Luis Arce, y el brasileño Lula da Silva
Maduro, junto al presidente de Bolivia, Luis Arce, y el brasileño Lula da Silva André Borges | EFE

La falta de información sobre las reservas que tiene el Banco Central de la moneda inquieta a los ahorradores y ha alentado el mercado paralelo de divisas

12 jun 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Hasta hace apenas cuatro meses, Bolivia era considerada un ejemplo mundial por la gran fortaleza de su divisa nacional, el boliviano, que había mantenido con éxito una tasa de cambio fija con respecto al dólar desde el 2011, sin que se hubiera generado un mercado paralelo sumergido de cambio como existe en Argentina o Venezuela. El país andino, presidido por Luis Arce — ex ministro de economía del mandatario Evo Morales (2006 - 2019) durante la práctica totalidad de sus tres lustros en el poder— había logrado también frenar la inflación durante décadas, incluso durante la pandemia y la guerra de Ucrania. Ahora, sin embargo, hay síntomas preocupantes de que la situación está cambiando. Frente a la sede del Banco Central de Bolivia, en La Paz, se han apostado durante semanas cientos de ciudadanos desesperados por conseguir dólares, hasta que la entidad decidió dar cita exclusivamente a través de internet. El motivo es la escasez de la moneda estadounidense, que está afectando gravemente al comercio exterior — se hace en dólares—, divisa que también es la referencia en la que se tasan los bienes de importancia patrimonial en Bolivia, como casas y automóviles.

La crisis del dólar se explica por el monumental descenso de las reservas internacionales almacenadas en el Banco Central. En el 2014, esa entidad tenía almacenados 15.500 millones de dólares, después de años de crecimiento económico y de un gran volumen de exportaciones, espoleado por los altos precios de las materias primas. A partir de ese año, los precios comenzaron a bajar y, además, el país empezó a lidiar con problemas estructurales, como la baja inversión en exploración de nuevos yacimientos gasíferos, tras la nacionalización del sector, que ha desembocado en una disminución del 33 % en el gas exportado, lo que ha supuesto una disminución de un 51% de los ingresos por esa materia prima. Un golpe para el país, que ha afectado especialmente a las reservas internacionales.

En el 2022, de hecho, Bolivia pasó a ser importador neto de combustibles por primera vez desde los años 90, cifra que ha llegado acompañada de otros indicadores preocupantes, como la acumulación de un déficit comercial desde agosto de l 2022 y un aumento del 33 % en el interés de los bonos del país andino, lo que revela un desplome de la confianza de los mercados. Todo ello fue drenando las arcas del Banco Central, que dejó de publicar las cifras de los dólares que tenía almacenados. Ya en ese momento, la entidad admitía contar apenas 3.500 millones en reservas internacionales. Bolivia suma, por otro lado, años de déficits fiscales en detrimento de las reservas internacionales del país, porque el agujero ha sido financiado, en muchas ocasiones, con créditos del Banco Central para mantener políticas sociales. La consecuencia más visible es que en Bolivia ya existe un mercado paralelo de divisas, en el que el dólar vale un 15 % más que en el circuito oficial —la referencia la fijó Arce hace doce años en 6,96 bolivianos por cada dólar—, aunque ese porcentaje extra está todavía alejado de, por ejemplo, los registrados en Argentina, donde el dólar blue vale el doble que el marcado por la tasa de cambio oficial. Esta práctica está castigada en el país andino y ya ha habido varios detenidos temporalmente por operar dólares en el mercado paralelo.

Por ahora, la inflación continúa estable en torno al 2,6 %. Parte de los expertos cree que es inevitable que los precios comiencen a subir. El Gobierno ha culpado de la situación a una oleada de fake news y un «brote especulativo», en palabras del ministro de Economía, Marcelo Montenegro, pero ha iniciado acciones para contener la demanda, como la venta de 22 toneladas de oro del Banco Central para obtener divisas. El presidente Arce participó hace dos semanas en la cumbre de los presidentes latinoamericanos en la que Lula propuso establecer mecanismos para que la región deje de depender del dólar. Arce es partidario de acercarse a China.