Muere a los 96 años el cantante Tony Bennett

La Voz REDACCIÓN

OBITUARIOS

Mike Segar | REUTERS

Considerado el último gran «crooner» estadounidense, publicó más de 70 álbumes y logró 19 premios Grammy

21 jul 2023 . Actualizado a las 16:36 h.

Con la muerte de Tony Bennett desaparece el último de los grandes crooners, cantantes capaces de maridar la suavidad del jazz con la canción popular. Como Frank Sinatra, Bennett era sinónimo de esa era en la que la elegancia, cierta picardía y un pleno dominio del registro vocal, los convirtió en estrellas.

Bennett también era sinónimo de ese repertorio que se conoce como el «gran cancionero americano», el de autores como Porter, Gershwin o Rodgers y Hammerstein. Pero su vida también fue, en buena medida, cortada por el sueño americano. Nacido en Nueva York en 1926 en el seno de una familia de inmigrantes italianos, sus condiciones humildes empeoraron con la muerte del padre de Anthony Dominick Benedetto, como así fue bautizado, cuando el chico tenía 10 años. Empezó a sacar partido a su talento vocal como camarero que cantaba mientras atendía las mesas.

Tras su paso por el Ejército —combatió en la Segunda Guerra Mundial— su gran oportunidad le llegó en 1951 con el éxito Because of You, su primer número uno. En 1962 I Left My Heart in San Francisco lo catapultó a una fama que lo alejó de su imagen de ídolo adolescente —cuando se casó con su primera mujer, en 1952, sus admiradoras se vistieron de luto—.

Sin embargo, en los sesenta los gustos empezaron a cambiar: el soul de la Motown, Stax y Atlantic, los Beatles y los Stones, los hippies y la contracultura... Como otros crooners, a Bennett le costó reajustar su estilo. Se refugió en el jazz más puro, de lo que queda testimonio en dos de sus mejores discos, dos delicadezas grabadas con Bill Evans, el que lleva el nombre de ambos intérpretes y Together Again. Problemas maritales y de adicciones enturbiaron esta época.

Bennett podía haber languidecido en ese cementerio de elefantes que era el circuito de casinos y teatros de Las Vegas. En cambio, con su hijo Danny como representante, encarnó uno de los retornos más grandiosos de la música popular. A partir de su álbum de 1986 The Art of Excellence, su estrellato se consolidó de forma indiscutible. Bennett no solo estaba en plena forma, es que supo elegir perfectamente una serie de colaboraciones que lo conectaron con el público de nuevas generaciones: Elton John y Paul McCartney, pero también George Michael, Diana Krall, Amy Winehouse y Lady Gaga. Sus discos de duetos, centrados, cómo no, en ese cancionero americano, fueron títulos celebrados y éxitos comerciales en una carrera que le permitió despachar más de 70 álbumes —a los que hay que sumar recopilaciones—, de los que se vendieron más de 50 millones de copias. Pudo alzar 19 premios Grammy, incluido uno en honor de su espectacular trayectoria.

En el 2020 se supo que padecía alzhéimer desde hacía cuatro años, aunque eso no le había impedido seguir grabando. Su despedida fue con Lady Gaga en el Radio City Music Hall: One Last Time. Este viernes su representante confirmó su muerte, con la que concluye, efectivamente, toda una era de la música.