Luís Tosar persigue a «El Niño» en aguas del estrecho de Gibraltar

Rosario González MADRID / COLPISA

CULTURA

El actor gallego vuelve a trabajar con Daniel Monzón en el estreno del año

27 ago 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Pocos dudan a estas alturas de la eficacia de Luís Tosar. El actor gallego se asoma a todos sus papeles como garantía de éxito para cualquier director y, a sus 42 años, puede considerarse sin reparos como un actor ya consagrado. Con casi medio centenar de películas a sus espaldas, campa a sus anchas en largometrajes y personajes cada vez más dispares pero con un elemento común, la veracidad de sus interpretaciones. Un saber hacer que le ha granjeado hasta ahora tres premios Goya, el primero como actor de reparto por Los lunes al sol, otro ya como actor principal en el 2003 por Te doy mis ojos y el tercero en el 2009 por la aclamada Celda 211, la cinta que terminó de encumbrarlo junto al director Daniel Monzón. Con él repite ahora en El Niño, donde se sumerge en el complejo hábitat del estrecho de Gibraltar y las redes de tráfico de drogas que operan en la frontera sur de Europa. Un proyecto en el que el cineasta ha invertido cinco años y que se postula como el estreno más esperado del año.

«Me incorporé al equipo un año antes de empezar a rodar, cuando tuvieron en las manos la primera versión del guion, pero gracias a Dani [Monzón] pudimos hacer nuestra parte de documentación», explicó ayer el actor. Para ello, organizaron pequeños viajes a los lugares del rodaje y entrevistas con miembros del Servicio de Vigilancia Aduanera, lo que permitió a Tosar trabajar en su papel de policía incorruptible. El trabajo junto a los agentes más experimentados resultó crucial en la labor de documentación, una ayuda desinteresada que queda plasmada en la película, que se estrena este viernes. «Estamos acostumbrados a que los policías sean casi un personaje cinematográfico y necesitábamos ver que esos tipos son personas de carne y hueso, ver visos de realidad, y esa realidad nos la dieron ellos», subrayó el actor.

Su personaje, Jesús, es un agente de Policía que lleva años tratando de demostrar que la ruta del hachís es ahora uno de los principales coladeros de la cocaína en Europa. Una labor que sitúa muchas veces a sus protagonistas en la frontera de lo legal y lo ilegal y que los enfrenta a la ambigüedad moral que impregna el enclave y a los personajes. «Fue lo que más me atrajo del papel. Una sensación, que los agentes nos transmitían continuamente, de que hay algo que tiene que ver con lo profesional, con la ley tal y como está estipulada, y algo que tiene que ver con lo humano, con ponerse frente a chavales que se buscan la vida como pueden y que no necesariamente son malas personas, incluso algunos se conocen desde la infancia».

«El otro lado»

La labor de documentación incluyó también «el otro lado» de esta lucha gracias a una pareja de gomeros -los encargados de trasladar la mercancía- que sirvieron de guía para la cinta, recreados a través de dos adolescentes que quieren iniciarse en el mundo del narcotráfico, El Compi y El Niño, interpretado este último por la revelación de la temporada, Jesús Castro. También Tosar venía con la lección aprendida sobre el narcotráfico, muy presente en Galicia en los años 80 y 90. «En el sur se ha importado parte de la maquinaria y de la estructura que había allí montada. Incluso hay moldes de lanchas traídos de Galicia directamente porque los narcos aprovecharon toda esa ingeniería y la fueron adaptando a este nuevo entorno en el Estrecho, que ha crecido y ahora es la puerta de Europa», relató el actor. «Hablamos de dos continentes confrontados y una energía que en muchos casos explota en forma de narcotráfico, formando parte de una red transnacional que va al otro lado del Atlántico, al continente africano, y que luego se mueve y se esparce por toda Europa».