Ecología social

| ARTURO MANEIRO |

OPINIÓN

28 mar 2006 . Actualizado a las 07:00 h.

CADA VEZ estoy más convencido de que es muy necesario aplicar los criterios ecológicos a un elemento tan importante de la naturaleza como es la sociedad. Es muy necesario preservar a ese conjunto organizado de humanos de las agresiones químicas, las manipulaciones genéticas y de todo tipo de operaciones que atenten contra el mantenimiento de la especie. Es necesaria una ecología social. Ahora parece más necesario que nunca un mayor respeto por la naturaleza humana. Este cuidado de los humanos debe llevarnos a procurar que sus cachorros crezcan sanos física y mentalmente. Es necesario que no se alimenten con productos químicos corrosivos como alcohol, el éxtasis, la cocaína, el crack y otros muchos productos sintéticos que rechazarían nuestras mascotas más queridas. La aplicación de criterios de conservación de la naturaleza en los humanos exige que hagamos lo posible para que no se deterioren sus cerebros. Y este deterioro puede producirse por consumo de sustancias químicas, por falta de un adecuado adiestramiento en su entorno familiar o en su entorno educativo, por su falta de reconocimiento de los focos de autoridad, y por la escasa o nula capacidad de frustración vital. Todo ello puede ser la causa de violencias injustificadas en la familia, en el colegio, en la calle o en la carretera. Es necesario que nuestros cachorros humanos respeten los ciclos vitales naturales, que duerman por las noches y tengan actividad productiva de día. La ecología social nos debe llevar a evitar la manipulación genética en los alimentos y en la producción de seres humanos. Los alimentos genéticamente modificados no son muy fiables y unos seres humanos genéticamente modificados tampoco lo son. Nos debe mover a un gran respeto por los procedimientos naturales de reproducción, sin aplicación de elementos químicos destructivos y sin utilizar productos artificiales de esos que no son biodegradables, que son contaminantes como plásticos, gomas, etcétera. El ecologismo social debe promover el respeto total por los seres humanos vivos, promover el desarrollo de la vida incipiente en un entorno saneado, en un ambiente acogedor; debe también defender esta vida humana incipiente de las agresiones destructivas organizadas, sea cual sea el intento de justificación o por muy modernos e higiénicos que sean los sistemas aplicados. Los criterios de conservación de la naturaleza que pide el ecologismo social nos deben llevar a promover una clara distinción de sexos entre los humanos. Es necesario defender la paridad en las parejas con el mismo ímpetu con que se defiende esa paridad en la organización empresarial o política. Para tener un buen criterio ecologista en el ámbito social también es necesario madurar lo suficiente como para desechar la falta de fijeza en las parejas reproductoras, cuidar el medio ambiente de convivencia con la higiene mínima y evitar la transmisión de enfermedades por exceso de cambios o experimentos vitales. Los criterios ecológicos ya han conseguido que la sociedad se sensibilice con el respeto a los animales y las plantas, ahora es el turno de una ecología social que nos sensibilice con el respeto a los humanos.