Siento devoción de agnóstico, que, en intensidad, no es inferior a la devoción de cristiano, y lo sé porque he estado en los dos bandos, por el maravilloso libro Los cristianos de Jesús Mosterín. ¿Qué se puede hacer para desactivar el polvorín de la religión que estalla con tanta frecuencia? Ha bastado con que el presidente del Congreso de los Diputados haya felicitado las fiestas con un christmas de tema religioso para que la oposición haya clamado al cielo -o, en su caso, al infierno- porque ateos y agnósticos se han podido sentir ofendidos por las imágenes de esa felicitación. Me parece bien que el presidente del Congreso felicite con un christmas religioso la Navidad siempre y cuando se admita que, en los casos de ateos y agnósticos, quien reciba o vea esa felicitación la disfrute porque vea ahí una obra artística -reacción que, naturalmente, no molestará a ningún creyente- o se indigne e incluso destruya con cólera ese christmas porque le trae imágenes de una religión que odie porque cree que ha sido para él una experiencia muy negativa -una reacción que un creyente tolerante también deberá comprender-. ¿Qué nos ha faltado y nos sigue faltando a los españoles? Nos ha faltado en las aulas una asignatura titulada «historia de las religiones» que nos haya contado qué es realmente la religión y qué son las iglesias. La religión ha impregnado toda nuestra cultura. Jesús Mosterín nos muestra el revés del tapiz que nos ocultan los jefes de las iglesias.