Por el peatón

Gonzalo Ocampo
Gonzalo Ocampo EL RETROVISOR

OPINIÓN

13 may 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

En estos días ha transcurrido la Semana Mundial de la Seguridad Vial de las Naciones Unidas, con el lema «Seguridad de los peatones: usuarios vulnerables de la vía pública en zona urbanas». Un asunto del que sabemos bastante por estas tierras, cuando año tras año las cuatro provincias gallegas, tantas veces en números absolutos -Pontevedra y A Coruña- y siempre en números relativos, han padecido este azote. Se fija el lema en las áreas urbanas, pero conviene notar que de los 380 peatones muertos en España en el 2011, el 58 % de ellos perecieron en ellas, pero los demás, no pocos, en carreteras. En todo caso, más allá de las buenas intenciones, ¿qué se hace?

Tal vez en las vías interurbanas haya de ser el peatón quien cuide de sí mismo. ¿Y en las calles? Se ha acreditado con rigor que más del 70 % de los desplazamientos urbanos se realizan a pie. La ingeniería del transporte ha dado prioridad a la función del suelo en beneficio del vehículo privado y este se ha ido apoderando del espacio urbano. Las aceras no forman una red continua, con lo que, inevitablemente, en los pasos de una a otra calle, los riesgos son para el caminante. Si de sostenibilidad o de calmar el tráfico se trata, será precisa su planificación con preferencias para la seguridad y comodidad del hombre que camina, el mismo al que las Naciones Unidas llama «usuario vulnerable». Aceras anchas, calzadas menos anchas, carriles para bicicletas que eviten los acosos crecientes al peatón en sus reservas naturales y legales, señalización racional, vigilancia de la calle, transportes colectivos eficientes y algunas cosas más que aquí no caben.