Éxodo

Carlos Agulló Leal
Carlos Agulló EL CHAFLÁN

OPINIÓN

25 abr 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

S. se quedó sin su trabajo a media jornada porque la hermana de su jefe, que a su vez perdió el empleo que tenía, pasó a ocupar su puesto. M., pareja de S., es uno de los miles de trabajadores de las compañías auxiliares que se vieron arrastrados al paro por la inactividad de los astilleros. Dos jóvenes gallegos a los que, como a otros tantos, les ronda por la cabeza varias veces al día la idea de hacer las maletas y marchar lejos a buscarse la vida. Algunos amigos ya lo han hecho.

Los datos del padrón de habitantes certifican que Galicia perdió el año pasado más de 27.000 jóvenes de entre 15 y 34 años. No habrán emigrado todos, claro; unos habrán salido de ese rango de edad y puede que alguno, lamentablemente, haya fallecido. En todo caso, no queda claro si el dato de la sangría demográfica juvenil y el fenómeno de la emigración de chavales en edad de arrimar el hombro para levantar el país le inquieta en demasía al Gobierno gallego. De lo que no hay duda es de que ha echado sus cuentas para que conste que el mayor éxodo se produjo en el 2007, cuando gobernaba (es un decir) el bipartito.

Cualquiera recordará a aquel presidente que hubo antiguamente en España, el que, con pulso firme, nos condujo al abismo. Su optimismo (si no fue una maliciosa ocultación) le llevó a negar mil veces una crisis que ya se nos estaba comiendo por los pies y que no hizo más que ir a peor. A S. y a M., que varias veces al día piensan en hacer las maletas como ya hicieron otros antes, seguro que no les tranquiliza en absoluto la rotundidad con la que Feijoo afirma que en el 2007 aún marchaban más jóvenes que ahora. Cada vez quedan menos hasta para emigrar.