¿Defensa del PP?

Carlos G. Reigosa
Carlos G. Reigosa QUERIDO MUNDO

OPINIÓN

30 mar 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Este título pretende llamar la atención del lector. Porque defender al PP no está de moda, ni es fácil, y sin embargo sus políticas son defendibles desde perspectivas no solo macroeconómicas. Lo difícil es conseguir que las inevitables consecuencias negativas de sus positivas políticas económicas sean algo asumible de buen grado. Por eso hay tan pocos artículos en defensa de sus decisiones, a pesar de los muchos elogios que le llegan desde el exterior.

El PP ha aplicado disciplinadamente las políticas de austeridad impuestas por la Unión Europea y ello ha supuesto mucho sufrimiento entre los más desfavorecidos (y no solo entre ellos). Pero el resultado parece apuntar en la buena dirección?, aunque muchos sigamos sin entender qué hicimos antes tan mal para que nos machacasen con una prima de riesgo muy por encima de nuestras posibilidades.

Se pueden buscar culpables del desastre convivido -esto se hace cada día-, pero es más urgente consolidar la recuperación con pasos seguros y sin jugar con fuego. Porque todavía no hemos llegado al punto de no retorno a los males pasados. Aún es posible desencaminarse y volver a las andadas. Es necesario que nuestros buenos pasos recuperen la senda del crecimiento, de la solidaridad y de la justicia social. Estamos en una carrera de delicados equilibrios en la que conviene no echar los pies por alto. Para que todo salga bien es necesario acertar con los programas y que cuadren las cuentas.

Ignoro si los males pasados pudieron evitarse en su totalidad, pero me temo que no. Por ello, está bien que ahora se hable de recuperar posiciones en el ámbito laboral y en el Estado del bienestar. Pocas noticias podrían tener una mejor acogida. Después de no seguir los consejos de economistas como Krugman o Stiglitz, estaría bien que, por otro camino tal vez más duro, pudiéramos asomar igualmente la cabeza y vislumbrar una etapa de crecimiento y recuperación en España.

El mérito, si esto se produce, será de todos, y nadie debe querer atribuírselo en exclusiva. Porque debajo de todo lo que surja estará el sacrificio de quienes se esforzaron por sacar adelante los programas necesarios y la economía del país. De ellos -es decir, de todos nosotros- será el éxito, si lo hay.