Papa Francisco que estás en la tierra

Xose Carlos Caneiro
Xosé Carlos Caneiro EL EQUILIBRISTA

OPINIÓN

30 mar 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Acostumbran las revoluciones a pasar factura a todo lo pretérito, lo vulneran, aniquilan y remplazan. A veces las revoluciones resultan idóneas; otras, no. El papa Francisco, lejos de toda revolución, pretende hacer «evolucionar» a la Iglesia. Hacia el mundo de hoy, simplemente. Por eso, este Lunes Santo precisamente, quizá convenga reflexionar sobre la enjundia y el ingenio de este papa. Estamos a las puertas de los días principales del culto cristiano. Y mirar al papa reconforta. Es el pontífice que se ha allegado a los humildes más que ningún otro: ha almorzado con vagabundos el día de su cumpleaños y ha limpiado las heridas de los más débiles. Vive lejos del oropel y rechaza todo lo fáustico. A los marginados no los ha lacerado con diatribas o dicterios, como han hecho otros, sino que les ha dicho que ellos también son el camino de la Iglesia. Ha pedido y pide perdón cada día: por los errores, delitos o vergüenzas. No juzga con rigor ecuménico, sino que insiste en el sustantivo que es piedra angular de los cristianos: el amor. Este papa ha puesto los pies en la tierra, quizá por tenerlos tan cerca del cielo. Es sencillo, franco, espontáneo y ha borrado la pátina de óxido a las arandelas del Vaticano. Se deja querer y quiere. Los cristianos estamos de enhorabuena: por esta Semana (Santa) y porque Francisco, el papa humilde, habita en la tierra. Amén.