Hace años, Bono, de U2, sonó como presidente del Banco Mundial. Parecía descabellado. Pero, con las cornadas que da el tiempo, más descabellado se antoja que Rato estuviera entonces al frente del FMI. Rato fue el señor de la economía durante las vacas gordas, exculpando al ladrillo y prometiendo sembrar Galicia de polígonos industriales para olvidar el Prestige. Todo indica que el delfín de Aznar ya oscilaba entre tiburón y piraña en aquellos veranos en los que visitaba la playa de Area, en A Mariña. Más peces de ciudad nadaron en las turbias aguas bancarias. Pero Rato es de esas torres tan altas que nunca habían caído. Un símbolo. Una bandera. De papel moneda. Y con la que está cayendo...
Beneficios
Los bancos y las cajas de España han engordado. Beneficios. Un viaje a ese pasado que fue mejor. Números como antes de la crisis. Sin embargo, millones de personas están lejos de cerrar ese círculo. Los rescatadores que lanzaron los salvavidas siguen con el agua al cuello. No acaban de notar la bonanza. Que rule.
Interpretaciones
Por mucho que lo intenten los partidos, sigue siendo difusa la frontera que separa al político apto para presentarse a unas elecciones del que tiene que ser apartado por cuestiones judiciales. Hay causas diferentes. Hay nombres distintos. Y, además, están los votos.