No bebáis, malditos

César Casal González
César Casal CORAZONADAS

OPINIÓN

25 abr 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace poco, un estudio de la USC decía que los jóvenes gallegos consumen menos alcohol y drogas que antes, pero que quienes lo hacen empiezan a edades más tempranas. Esa barrera de los 14 años. Esa adolescencia en la que ni ellos ni sus padres los conocen en el espejo. Ese peldaño de vacío que hay que pisar para afinar hacia dónde se quiere construir la personalidad para pasar de niño a apunte de adulto. Y ahí, muchas veces, es donde aparece ese consumo de alcohol o drogas para imitar conductas colectivas. Esa manera de mezclarse en lo peor. Esa forma de creer que uno es mayor, porque está borracho o porque fuma. En el mismo informe había algún dato dramático, como que uno de cada cuatro adolescentes reconoció que se subió en el último año en coches en los que el conductor iba totalmente ebrio. Aventura que ha sido primera página de los periódicos una y otra vez, por concluir en una tragedia de asfalto. Es difícil convencer a un adolescente de que no hay beneficio en participar en ritos supuestamente iniciáticos y que solamente son nocivos, como el botellón. Pero la educación es fundamental. Así resulta que son más los jóvenes que beben cuyos padres consumen alcohol de forma habitual. No es el fin del mundo. Pero puede ser el fin de una vida. Y esa fatal circunstancia debería ser suficiente para frenar la atracción del abismo. Ese paseo por el lado salvaje que se repite generación tras generación. Siempre es mejor confieso que he vivido que confieso que he bebido.